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miércoles, 25 de noviembre de 2020

CORROSIÓN 1...

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Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal

















¿Qué es lo que ha cambiado? Uno que ya ha cumplido muchos años, echa la vista atrás y recuerda. Recuerda cómo eran las cosas por aquel entonces. No había ya necesidades absolutas. El hambre había quedado atrás y nosotros los que ahora somos viejos, no conocimos aquellos años de posguerra. La vida parecía encaminarse por senderos bien definidos. La educación enseñaba lo básico. Leer, escribir, operaciones matemáticas. Todo ello resumido en libros que tenían el pomposo nombre de enciclopedias. Enciclopedias de primer, segundo, tercer grado… tremendamente grande esta última. El libro, el maestro, boli y cuaderno. Poco más. Las chicas por un lado y los chicos por otro. Esta separación acentuaba el misterio por lo femenino, por el sexo. Y el sexo quedaba relegado al conocimiento de la chica en cuestión. Noviazgos interminables precedían al matrimonio y el matrimonio era un proyecto para toda una vida. Entre una cosa y otra, hijos, nietos y sin darte cuenta te ponían frente al capítulo final en agradables reuniones familiares de fin de semana, de fin de año.


Si aquello era mejor o peor queda a la valoración personal de cada uno. Pero sí es cierto que todo eso ha cambiado. El sistema antiguo ha ido corroyéndose paulatinamente. Y a eso quería llegar. A la corrosión de un sistema, de un modo de vida. Y en ello en esa oxidación que ha ido debilitando los pilares de hierro, acero, incluso hormigón armado sobre los que se asentaba aquella sociedad que ahora me parece tan lejana, ha tenido mucho que ver eso que llamamos cultura y fundamentalmente la cultura visual. 


La muestra de acontecimientos entresacados del inmenso bosque de la vida y enseñados luego a través de ese artefacto orweliano que conocemos por tele. Y antes, pero por muy poco, la proyección en pantalla gigante de historias, también entresacadas y deformadas a través de rostros desmesurados y hombres y mujeres parecidos a los gigantes de las fiestas populares, cuyas imágenes entraban por los ojos y permanecían asentadas en la mente de los ingenuos espectadores durante semanas o meses, probablemente incluso durante años. Los efectos que semejante invento de carácter absolutamente hipnótico han tenido sobre el cerebro de millones de personas son difícilmente evaluables. Pero si nosotros fuimos la primera generación asaltada por el cine, un entretenimiento que induce a la pasividad absoluta, dejamos detrás las nuevas generaciones totalmente inmersas en esa cultura de la imagen, de la historia inventada, de los superhombres y supermujeres, de vampiros y hombres lobo, de asesinos a los que llaman “en serie” que no son otra cosa que asesinos que han probado la sangre y se ha convertido en droga dura para ellos. 

Y, no solo el cine, la literatura, la pintura, la arquitectura, todo ha degenerado en un disparate de formas sin sentido, de creaciones sin lógica, de devaneos alrededor de uno mismo pomposamente llamado creador, que han compuesto un mundo incomprensible que exige al espectador atención y esfuerzo neuronal que evidentemente no lleva, porque no puede hacerlo, a nada, ante las figuras deformadas de un Picasso, para que el museo le acredite como persona culta. No hay nada que comprender, por supuesto, se trata de un postureo, de una “perfomance”, de una representación actoral. Tú haces como que disfrutas viendo esta mierda y yo hago como que te reconozco como miembro de la élite cultural y social del momento. Super Mario pasa de nivel.


Pero ahora, corroído el sistema hasta sus cimientos, la sociedad se desploma ante el empuje de eso que llaman coronavirus. Todo nuestro mundo, a no mucho tardar, terminará pasando a la historia una vez cumplida la exacta función para la que sus instigadores (que no creadores) lo impulsaron.


Si al lector le parece puede seguir leyendo en próximos “posts” algunas de la heterodoxas ideas que me han ido surgiendo a la vista de algunas películas, novelas y similares.




sábado, 7 de noviembre de 2020

CANARIAS AFRICANA

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Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal













 

¿Qué está ocurriendo en Canarias?


Se habla de inmigración descontrolada, de inmigrantes con dinero y móvil de última generación. Un masivo e incontrolado desembarco de africanos con algún propósito.


La doctrina oficial de la Iglesia actual (esto pretende ser irónico) exige el acogimiento inmediato, la atención sanitaria que muchos de nuestros funcionarios médicos niegan a la población nacional y por supuesto, todo ello con total amabilidad y disposición de acogida que será retuiteado por nuestros nuevos convecinos para masiva publicidad del efecto llamada.


Solo hay que recordar algunas siniestras anécdotas de nuestra modélica transición. El desplome del régimen franquista, ya con el general en el hospital sin posibilidad ninguna de recuperación se produjo precisamente cerca de las Canarias. El anterior rey marroquí, comendador de los creyentes, creo que es su título oficial, Hassan II organizó la denominada marcha verde.


Miles de marroquíes desarmados fueron movilizados y enviados al territorio del Sáhara en aquel momento bajo administración española. Nuestro rey en funciones apareció por allí, pero ahora se habla de que estuvo dispuesto a entregar la colonia española a Marruecos a cambio de su nombramiento como rey. Sea como fuere, el Sáhara pasó a manos marroquíes y puso a las islas Canarias a un tiro de piedra del reino vecino.


Este masivo desembarco de africanos recuerda precisamente a aquella marcha verde. Y conviene tener presente también que durante la transición surgió en las islas un curioso movimiento cuyas siglas fueron MPAIAC movimiento para la autodeterminación e independencia de las islas canarias. También aparecieron reclamaciones de algunas naciones del continente africano, que reivindicaban la africanidad de las islas.

11 M: REALISMO FANTÁSTICO ó MÁGICO.

  El gobierno del PSOE ha rescatado la memoria del 11M. Con su habitual manipulación a cargo de informadores sectarios que han tapado el...