CRISIS ECONÓMICA IV
El dedo ejecutor había caído, el proceso se puso en marcha. Miles
de trabajadores fueron despedidos. Los sistemas nacionales de
seguridad social pronto se colapsaron. Contra lo que muchos piensan,
estas políticas de desindustrialización, al menos en España, no
fueron cosa de la ultraderecha, ni siquiera de la derecha a secas, el
socialismo impulsó con entusiasmo suicida el trasvase industrial.
¿Porqué?. Como he dicho en algún post anterior, el sindicalismo,
el socialismo, dependientes de la ideología marxista más radical,
odiaban por principio que no necesitaba explicación, al industrial,
al empresario, además identificaban cualquier desarrollo empresarial
español con el franquismo, y el franquismo, era, se convirtió en
cuanto la transición comenzó, en pieza de caza ideológica. Muchos
economistas militaban en el socialismo. Fundamentaron sus políticas
de destrucción empresarial en la idea de que el tejido productivo
español era obsoleto, estaba subvencionado y sobredimensionado,
debía por tanto reestructurarse de forma que sólo las empresas
realmente competitivas sobrevivieran, y éstas fueran las encargadas
de generar los beneficios y de realizar las inversiones que debían
reconstruir un sistema industrial sano y beneficioso para el país.