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miércoles, 25 de noviembre de 2020

CORROSIÓN 1...

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Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal

















¿Qué es lo que ha cambiado? Uno que ya ha cumplido muchos años, echa la vista atrás y recuerda. Recuerda cómo eran las cosas por aquel entonces. No había ya necesidades absolutas. El hambre había quedado atrás y nosotros los que ahora somos viejos, no conocimos aquellos años de posguerra. La vida parecía encaminarse por senderos bien definidos. La educación enseñaba lo básico. Leer, escribir, operaciones matemáticas. Todo ello resumido en libros que tenían el pomposo nombre de enciclopedias. Enciclopedias de primer, segundo, tercer grado… tremendamente grande esta última. El libro, el maestro, boli y cuaderno. Poco más. Las chicas por un lado y los chicos por otro. Esta separación acentuaba el misterio por lo femenino, por el sexo. Y el sexo quedaba relegado al conocimiento de la chica en cuestión. Noviazgos interminables precedían al matrimonio y el matrimonio era un proyecto para toda una vida. Entre una cosa y otra, hijos, nietos y sin darte cuenta te ponían frente al capítulo final en agradables reuniones familiares de fin de semana, de fin de año.


Si aquello era mejor o peor queda a la valoración personal de cada uno. Pero sí es cierto que todo eso ha cambiado. El sistema antiguo ha ido corroyéndose paulatinamente. Y a eso quería llegar. A la corrosión de un sistema, de un modo de vida. Y en ello en esa oxidación que ha ido debilitando los pilares de hierro, acero, incluso hormigón armado sobre los que se asentaba aquella sociedad que ahora me parece tan lejana, ha tenido mucho que ver eso que llamamos cultura y fundamentalmente la cultura visual. 


La muestra de acontecimientos entresacados del inmenso bosque de la vida y enseñados luego a través de ese artefacto orweliano que conocemos por tele. Y antes, pero por muy poco, la proyección en pantalla gigante de historias, también entresacadas y deformadas a través de rostros desmesurados y hombres y mujeres parecidos a los gigantes de las fiestas populares, cuyas imágenes entraban por los ojos y permanecían asentadas en la mente de los ingenuos espectadores durante semanas o meses, probablemente incluso durante años. Los efectos que semejante invento de carácter absolutamente hipnótico han tenido sobre el cerebro de millones de personas son difícilmente evaluables. Pero si nosotros fuimos la primera generación asaltada por el cine, un entretenimiento que induce a la pasividad absoluta, dejamos detrás las nuevas generaciones totalmente inmersas en esa cultura de la imagen, de la historia inventada, de los superhombres y supermujeres, de vampiros y hombres lobo, de asesinos a los que llaman “en serie” que no son otra cosa que asesinos que han probado la sangre y se ha convertido en droga dura para ellos. 

Y, no solo el cine, la literatura, la pintura, la arquitectura, todo ha degenerado en un disparate de formas sin sentido, de creaciones sin lógica, de devaneos alrededor de uno mismo pomposamente llamado creador, que han compuesto un mundo incomprensible que exige al espectador atención y esfuerzo neuronal que evidentemente no lleva, porque no puede hacerlo, a nada, ante las figuras deformadas de un Picasso, para que el museo le acredite como persona culta. No hay nada que comprender, por supuesto, se trata de un postureo, de una “perfomance”, de una representación actoral. Tú haces como que disfrutas viendo esta mierda y yo hago como que te reconozco como miembro de la élite cultural y social del momento. Super Mario pasa de nivel.


Pero ahora, corroído el sistema hasta sus cimientos, la sociedad se desploma ante el empuje de eso que llaman coronavirus. Todo nuestro mundo, a no mucho tardar, terminará pasando a la historia una vez cumplida la exacta función para la que sus instigadores (que no creadores) lo impulsaron.


Si al lector le parece puede seguir leyendo en próximos “posts” algunas de la heterodoxas ideas que me han ido surgiendo a la vista de algunas películas, novelas y similares.




sábado, 7 de noviembre de 2020

CANARIAS AFRICANA

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Lluvia mortal













 

¿Qué está ocurriendo en Canarias?


Se habla de inmigración descontrolada, de inmigrantes con dinero y móvil de última generación. Un masivo e incontrolado desembarco de africanos con algún propósito.


La doctrina oficial de la Iglesia actual (esto pretende ser irónico) exige el acogimiento inmediato, la atención sanitaria que muchos de nuestros funcionarios médicos niegan a la población nacional y por supuesto, todo ello con total amabilidad y disposición de acogida que será retuiteado por nuestros nuevos convecinos para masiva publicidad del efecto llamada.


Solo hay que recordar algunas siniestras anécdotas de nuestra modélica transición. El desplome del régimen franquista, ya con el general en el hospital sin posibilidad ninguna de recuperación se produjo precisamente cerca de las Canarias. El anterior rey marroquí, comendador de los creyentes, creo que es su título oficial, Hassan II organizó la denominada marcha verde.


Miles de marroquíes desarmados fueron movilizados y enviados al territorio del Sáhara en aquel momento bajo administración española. Nuestro rey en funciones apareció por allí, pero ahora se habla de que estuvo dispuesto a entregar la colonia española a Marruecos a cambio de su nombramiento como rey. Sea como fuere, el Sáhara pasó a manos marroquíes y puso a las islas Canarias a un tiro de piedra del reino vecino.


Este masivo desembarco de africanos recuerda precisamente a aquella marcha verde. Y conviene tener presente también que durante la transición surgió en las islas un curioso movimiento cuyas siglas fueron MPAIAC movimiento para la autodeterminación e independencia de las islas canarias. También aparecieron reclamaciones de algunas naciones del continente africano, que reivindicaban la africanidad de las islas.

lunes, 17 de agosto de 2020

LA ESPAÑA QUE SE NOS VIENE ENCIMA

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Lluvia mortal













Franco murió en el año 1975. Con él murió su régimen. Régimen surgido de la guerra civil de 1936 que ganó Franco en el terreno militar y perdieron los republicanos españoles entretenidos en fusilarse unos a otros. Le sucedió Juan Carlos de Borbón por decisión personal del viejo general. 

El presidente de las Cortes de aquél entonces, Torcuato Fernández Miranda, urdió un auténtico encaje de bolillos para que del régimen dictatorial franquista, España pasara a un sistema democrático admisible por el entorno geográfico y político en que se desenvolvía mal que bien la España de aquellos años.

Eligió un mascarón de proa, un franquista asentado en el Movimiento, único partido tolerado por el régimen militar. No fue otra cosa el franquismo, régimen de cuartel que en los últimos años había devenido en alegre indisciplina en virtud del desarrollo económico. Un desarrollo basado en tres ejes fundamentales, una industria nacional fomentada y sostenida por el INI, un turismo en auge y una construcción de viviendas también en crecimiento continuo. Torcuato eligió a Suárez.

 Suárez debía conducir a España a un régimen democrático desde el franquismo y de forma pacífica. Luego, según promesa que había hecho a Fernández Miranda, debía abandonar la política y dejar paso a gente que no hubiera estado comprometida con el Movimiento. Pero la ambición de poder camuflada en una supuesto conocimiento trascendente reservado al propio Suárez, de que España no estaba preparada para un gobierno socialista, cegó al designado y acabó convirtiéndose en el primer presidente de gobierno democrático de la Constitución del 78. 

 El nuevo régimen comenzó a andar bajo parámetros y reconocimientos de supuestos hechos diferenciales. La España unida de Franco daba a luz a diecisiete cantones administrativos que a lo largo de los años han generado la actual división nacional y el brutal gasto administrativo que suponen los millones de funcionarios que pueblan los, probablemente también, millones de despachos climatizados amueblados con mesas de teka, sillones ergonómicos y ordenadores de última generación. La España del 78 era una nación supuestamente retrasada respecto a los países punteros, pero se situaba en el décimo lugar entre las naciones industrializadas del mundo. La administración era austera y sobrevivía en base a un sistema fiscal del que el común de los mortales hispánicos apenas sabía nada. 

Inmediatamente, la España democrática puso al frente de los impuestos a uno de los varios Fernández Ordóñez que han asolado este país y que nos trajo entre otras novedades, el IVA y el IRPF. Nadie se dio cuenta de que el Estado Autonómico era caro y apenas sostenible para un país como España. Al frente del tinglado, Juan Carlos I. Parece que un grupo de notables, preocupados por las estrecheces económicas pasadas por el nuevo rey le sugirió y él aprobó de inmediato la posibilidad de intermediar en la compra de petróleo ante los países productores, llevándose a cambio una modesta comisión. Y ahí empezó todo. España se troceaba en lo político y se repartía en lo económico entre los nuevos prohombres del régimen. 

Uno no deja de pensar en alguna que otra reunión alrededor de una mesa de enormes dimensiones y un presentador... “Tenemos con nosotros a los Tataglia del Bronx, a Bonorone de Chicago. Nos hace el honor de estar a nuestro lado Fulanone de la costa este, y Menganone de la oeste. Nos alegramos también y agradecemos a Barsini, el “capo de tuti capi”, que haya convocado esta reunión para eliminar suspicacias y que nuestro negocio sea próspero y beneficioso para todos”. Aplausos y Corleone se sienta.

 Aquí, en España, como todo el mundo sabe no existe la mafia. Sustituyamos entonces los nombres italianos por los equivalentes españoles. Fulano de Galicia, Mengano de Castilla la Mancha, Zutano del País Vasco y lo que queramos de Cataluña. Preside la reunión el “capo di tuti capi” que todo el mundo sabe quién es. 

 Y ese era ha sido en su fundamento el régimen del 78 que va tocando a su fin. Y es que la demolición sistemática de la industria, la depredación constante de los recursos nacionales, la entrega de los intereses españoles a satrapías y supuestos aliados a cambio de los “convolutos” por todos conocidos han acabado por esquilmar a esta pobre nación de naciones que se ha transformado en una monumental deuda de imposible satisfacción. Ante la evidencia del desastre, las últimas generaciones de la mafia nacional se inventaron el buenismo receptor de todos los africanos, musulmanes y demás tumultuosas razas y hechos diferenciales para que sirvan de parapeto a las élites nacionales depredadoras ante el desastre que se nos viene encima. 

En la parte baja de la pirámide social española se vislumbran nubes de tormenta. En las alturas zarzueleras, monclovitas y arcautianas, los jefes de la “cosa nostra” despliegan la guardia pretoriana que corre a cuenta del común nacional. El dinero de todos, ya se sabe, no es de nadie.

viernes, 7 de agosto de 2020

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Lluvia mortal
















EL EXTRAÑO VIRUS.


El virus chino es, básicamente, un arma de destrucción masiva. No es que sea indetectable, al contrario, puede detectarse sin que el portador tenga la más mínima sensación de padecer enfermedad alguna. Son los llamados asintomáticos. Así, uno, un señor o señora cualquiera circula alegremente por la ciudad y un enmascarado ataviado con traje de camuflaje blanco parecido al de los comandos militares alpinos, le asalta, la asalta y le hace un test que llaman “pcr”. Nadie sabe en qué consiste dicha prueba. Es tan misteriosa como los análisis de laboratorio del CSI que en la textura de un cabello son capaces de aislar la huella dactilar completa de Aníble Lecter. Bien, pues nuestro incauto ciudadano, ese que se cree que vivimos en un mundo de libertades y derechos humanos, sometido al asalto armado de médicos y enfermeros es muy posible que dé positivo en la misteriosa enfermedad que nunca le ha molestado lo más mínimo.


La sentencia, ya se sabe, es el confinamiento. La detención domiciliaria del criminal y el seguimiento de sus parientes y amigos para proceder de inmediato a su aislamiento en celda familiar de castigo. Similar a lo que ocurre cuando el ejército o la policía israelí detiene a un terrorista árabe. No solo lo encarcelan a él sino que de paso derriban la casa familiar y expulsan a sus parientes cercanos al infierno de los campamentos de refugiados.


Misterioso virus éste que nos obliga a caminar embozados cuando al principio el muñeco títere, doctor Simón, dijo que tal cosa era innecesaria. El poder ha advertido las grandes ventajas de tapar la boca de los ciudadanos. Antes, además, tampoco había mascarillas para todos, puesto que los encargados del suministro compraban sin ton ni son a compañías chinas. Algo así como si los franceses compraran fusiles a los alemanes durante la guerra mundial. Lo lógico es que se los vendieran, pero inservibles.


Prohibición total de caminar por la calle sin mascarilla, excepto para la casta política, Iglesias, por ejemplo que teniendo a su señora enferma del misterioso virus, acudía tranquilamente a las reuniones gubernamentales saltándose todas las precauciones y confinamientos.


Un misterio más a acumular a los anteriores.


El régimen de libertades y derechos humanos busca ahora rastreadores. Detectives del peligroso virus que persiguen con saña a ciudadanos pacíficos por haber estado, o podido estar en contacto, con supuestos enfermos, portadores asintomáticos y otros eufemismos de nuevo cuño relacionados con la tremenda pandemia. Según el tontorrón Churchill uno vive en un régimen de libertades cuando tienes la seguridad de que quien llama a tu puerta de madrugada es el lechero. Pues ya no. Puede ser la policía política de la salud que ha dado con tu rastro sin que sepas muy bien cómo ni por qué. El caso es que te confinan, te detienen durante el tiempo que les dé la gana sin que los artículos de la sacrosanta Constitución que nos hemos dado, (eso decían), más bien que nos la han metido por donde más duele, les importen un carajo.


Incluso confinan pueblos enteros. A Aranda de Duero le ha tocado. Ningún ciudadano de ese pueblo conoce enfermos del virus, ni tiene noticia de algo que no sean supuestos asintomáticos, pero el gobierno correspondiente, el autonómico o el central, vete a saber cuál de ellos tiene las competencias, toma la drástica decisión de que nadie abandone el pueblo. Policía política en las calles y en las entradas y salidas de la ciudad. Ni en tiempos del nazismo o del franquismo se conocieron semejantes restricciones a la libre circulación de los ciudadanos.


La pandemia lo justifica todo. Pero es raro. Cien muertos en Líbano, miles de heridos en una tremenda explosión en el puerto y el pequeño país entra en conmoción. Algún responsable político no puede reprimir las lágrimas.


Por el contrario, dicen que más de veinte mil muertos en España como consecuencia de la asintomática enfermedad y la televisión sigue emocionándonos con los chascarrillos de Jorge Javier Vázquez y los concursos sexuales y nutricionales. Las chicas del telediario además de guapas y maqueadas aparecen una y otra vez muertas de risa. ¿Quién se va a creer que la pandemia es tan letal si sus terroríficas consecuencias se transmiten con semejantes alegrías? Imaginemos que en la Francia invadida por Hitler, que quizá con todo su ejército no causó tantos muertos, la televisión francesa siguiera con las alegres carcajadas de los concursos de costumbre.


Aquí todo es gozo. Es agosto además y las vacaciones políticas no perdonan. El político libanés llora el desastre y nuestro presidente del gobierno fleta un par de aviones, no para traer mascarillas o vacunas o equipos médicos para combatir la enfermedad (más de veinte mil muertos, según algunos, más de cuarenta mil, según otros. Estamos hablando de cifras de muertos que solo se dan en conflictos bélicos). Nuestro presidente, repito, fleta un par de aviones para irse de vacaciones con la familia. Con un par.


Al resto del gobierno que probablemente también esté de vacaciones tampoco le importa demasiado el virus y el desastre económico que se nos viene encima. Ellos, antes de hacer las maletas ya han dejado las instrucciones precisas a los funcionarios subordinados para la estrategia a seguir durante estos días tan calurosos.


“Que no se nos moleste por nada. En cuanto al virus que se haga la propaganda necesaria del mismo para que a nuestros lugares de descanso no acudan molestos turistas que nos agobian todos los años. Las élites nacionales necesitan tranquilidad para reponerse de tanto ajetreo político.


A las televisiones y medios de comunicación que nos son afines se les enviará la orden terminante de que dediquen el ochenta por ciento del tiempo de emisión a hablar del rey emérito y sus comisiones.


Del trinque de Chaves, Bono, Pujol y otros parecidos, mejor que no digan nada. A Urkullu hay que pagarle la asistencia al akelarre de presidentes autonómicos.


Y eso es todo. A la vuelta de agosto ya veremos”.





domingo, 17 de mayo de 2020

VIUDAS Y HUÉRFANOS

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Lluvia mortal

















Leo en Libertad Digital un artículo acerca de Emilio Ucar, fallecido a causa del coronavirus. El señor Ucar era director del Hospital Santa Cristina. La historia que cuenta uno de los hijos de Ucar a través de la articulista es terrorífica. El médico ve que lo que se viene encima es un tsunami virológico y el gobierno y en general la opinión pública completamente equivocados, entienden que la enfermedad es algo parecido a una gripe común. Meses de trabajo del médico en medio del caos apartándose de su propia familia, culminan en una agonía de quince días hasta que finalmente muere en la UCI en medio de otros enfermos también intubados. No obstante, la familia consigue enterrarlo en su tierra natal como era su deseo, en un funeral con mascarillas y otras medidas de protección.

En el mismo digital, la viuda de un médico valenciano, Vicente José Sánchez, se ha querellado contra la Generalitat valenciana por considerarla responsable última de la muerte de su marido.
En ambos casos la historia se repite. Escasez de medios de protección para los médicos y el personal sanitario.

Absoluta imprevisión y fracaso total de un sistema sanitario que después del aviso del ébola importado en tiempos de Rajoy, creo que solo se produjo una muerte y fue la del misionero repatriado, además un contagio, el de una enfermera a la que el responsable autonómico de sanidad acusó de no saberse poner un traje. Responsable que finalmente dimitió. Sistema sanitario que desde aquel momento debió prepararse para enfrentar amenazas similares como la que finalmente ha transmutado de amenaza a peste incontenible.

El mejor sistema sanitario del mundo, según Sánchez, embebido del lema, consigna que se repite como mantra sagrado en todas las comunidades que tienen transferida la sanidad en España, (mucho peor están en..,.«aquí póngase otra comunidad distinta de aquella en la que los usuarios se autoconvencen de ser seres privilegiados, casi extraterrestres inmortales, mentalmente condicionados por la publicidad maliciosa de la clase política que nos lleva al desastre»). El mejor del mundo ha resultado ser el peor.

Todo esto bajo responsabilidad de un ministro de sanidad y un supuesto experto que después de cientos de imprudencias y cambios de opinión, después de decenas de miles de muertos, no han dimitido. Compárese con el ejemplo anterior del ébola. La diferencia está en el partido gobernante. Los altavoces informativos, más bien propagandísticos del PSOE y de la izquierda, demoledores cuando se trata del PP al mando. Acordémonos del asunto del Prestige, del 11 M y del ébola. Callan lo evidente, engañan, insultan, agreden físicamente, envían a los antidisturbios y todo ello en medio del jolgorio nacional de las tertulias impresentables en una situación de crisis humana y económica que va a ser una auténtica hecatombe. La juerga de rojos y maricones continúa.

Y hay que decir que en medio de la tragedia humana del doctor Ucar, ellos, su familia, han podido al menos proporcionarle un entierro decente. Miles de españoles anónimos han muerto de lo mismo y en parecidas o peores circunstancias. No sabemos nada del sufrimiento de sus familias, del proceso de la enfermedad, de la agonía y finalmente de la muerte de tantos seres anónimos y tampoco sabemos nada del comportamiento del sistema en relación con el entierro de estas personas. En qué condiciones se ha hecho, cómo, dónde. Las personas importantes, destacadas, aquellas que ocupan un lugar prominente en la escala social pueden al menos consolarse con la atención que suscitan en los medios de comunicación. El resto, deben, debemos conformarnos con el hermético silencio y el ominoso desprecio de los medios al servicio del gobierno. No se trata aquí de nombrar una por una a las víctimas, pero sí al menos de saber estas pequeñas historias, estos traslados de fallecidos, la opinión de sus maridos, esposas, hijos. Por el contrario, tenemos los desvaríos sexuales de supervivientes, las peticiones de subvención de Resines y compañía, los dislates de José Javier Vázquez y amigos y la enorme preocupación acerca de la fecha de recomienzo de la liga.

Estamos en la tercera guerra mundial y el parte de guerra, en vez de dar cuenta de los miles de muertos, nos informa de magníficos amaneceres amenizados por el trinar de los pajaritos, el vuelo de las mariposas multicolores y de bucólicos crepúsculos envueltos en el canto del grillo y el croar de las ranas.












miércoles, 13 de mayo de 2020

EL LECHERO SIEMPRE LLAMA A TU PUERTA DOS VECES

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Lluvia mortal















Postrados en la enfermedad china atisbamos un futuro incierto. El virus no desaparece, pero los gobiernos son eternos. Sánchez confía en ampliar el estado de alarma que le inmuniza contra el enemigo político y le perpetúa en el cargo tan duramente conseguido.

Pero lo que vemos a través del espejo que nos asoma al futuro parece preocupante. Las preguntas se acumulan sin que nadie esté en condiciones de dar respuestas definitivas. ¿Cuál es la naturaleza última de este virus? ¿natural o de laboratorio? ¿es quizá el resultado final de otros ensayos anteriores tales como la gripe aviar, el SARS, y similares que, por fin, ha acabado cuajando? ¿se reactivará periódicamente y a conveniencia? ¿a conveniencia de quién? ¿por qué? ¿para qué?

La ciencia, esa diosa razón que nos gobierna desde hace más de doscientos años, no tiene respuesta.
El virus se le escapa. Los primeros logros médicos: vacuna contra la rabia, contra otros virus indeseables, los antibióticos que parecían abrir las puertas a la salud indefinida del ser humano fracasan contra este misterioso virus.

Entre tanto, nos adentramos a diario en las noticias que nos muestran los digitales. Se habla ahora de Winston. El premier británico que supuestamente ganó la guerra mundial del 39. Durante toda nuestra vida adulta se nos ha machacado con la historia heroica de la resistencia numantina inglesa para acabar finalmente con el sádico homicida Hitler.

Pero surgen las dudas. Primera: Hitler invade Polonia y de inmediato Francia e Inglaterra declaran la guerra a Alemania. Stalin invade Polonia en virtud del tratado firmado no hacia mucho con Alemania y Francia e Inglaterra no aplican el pacto suscrito contra Rusia.

AQUÍ

De wilkipedia lo siguiente:
« Reacción aliada ==
La reacción de Francia y Gran Bretaña a la invasión de Polonia fue el silencio, ya que no deseaban ninguna confrontación con la [[URSS]]. Bajo los términos de la [[alianza militar anglo-polaca]] del [[25 de agosto]] de [[1939]], los británicos habían prometido asistencia militar a Polonia si era atacada por una potencia europea. Pero cuando el embajador polaco [[Edward Raczyński]] recordó al [[secretario de Estado de Asuntos Exteriores|secretario de Estado]] británico [[E. F. L. Wood]] lo firmado, este declaró tajante que no era una buena empresa para el Reino Unido declarar la guerra a la Unión Soviética. El [[Primer Ministro del Reino Unido|primer ministro británico]] [[Neville Chamberlain]] consideró hacer público un compromiso de restaurar la estructura del Estado Polaco pero al final se limitó a emitir declaraciones de condena general.Prazmowska, pp. 44–45.

Los franceses también habían adquirido compromisos con Polonia, incluyendo la provisión de ayuda aérea, que no fueron cumplidas. Una vez que los soviéticos invadieron Polonia, los franceses y los británicos decidieron que no había nada que pudieran hacer de inmediato, por lo que comenzaron a planificar una victoria a largo plazo. Los franceses habían avanzado de manera provisional en el [[Sarre]] a principios de septiembre pero después de la derrota polaca, se retiraron detrás de la [[Línea Maginot]], a fecha de [[4 de octubre]].Jackson, p. 75. Muchos polacos se indignaron ante la falta de apoyo por parte de sus aliados occidentales, lo que creó un sentimiento de traición.»




De lo anterior se deduce que había previamente algún acuerdo secreto entre las potencias finalmente vencedoras de la segunda gran guerra en Europa que vinculaba al liberalismo de origen masónico europeo, francés e inglés, con el imperio comunista que estaba construyendo Stalin.
Los avances alemanes en los primeros compases de la guerra supusieron la derrota sin paliativos de Francia e Inglaterra. A efectos prácticos los ejércitos aliados fueron fulminados mediante la revolucionaria estrategia de guerra relámpago alemana. El viejo Winston volvía a cosechar derrotas. Se le considera el responsable de la escabechina aliada en Galípoli, primera guerra mundial. La parte del león en cuestión de bajas se la llevaron australianos y neozelandeses. No obstante Winston, el coleccionista de derrotas fue elegido para sustituir a Chamberlain que había obtenido la firma de un acuerdo con Hitler. Polonia era el motivo, pero solo en el caso de la invasión alemana, la invasión soviética de Polonia tuvo barra libre. En Dunkerque, vergonzoso repliegue británico dejando tirados a los franceses, lo más probable es que Hitler, que no quería la guerra con los ingleses, dejara marchar al ejército expedicionario inglés. 


Otra brillante idea de Winston, la toma de los puertos noruegos, acabó en desastre, como de costumbre. No obstante, Winston tenía la confianza del pueblo inglés, eso nos cuentan. Inglaterra derrotada solo resistía esperando la ayuda del masón norteamericano. El acuerdo estaba firmado en alguna remota logia y solo se esperaba el “casus belli” que pondría en marcha al ejército americano de ultramar.

jueves, 30 de abril de 2020

ESTADO DE PÁNICO

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El poder político en España ha descubierto las ventajas de un estado policial. Aguerridos agentes de la ley de todos los colores, signos, obediencias y alcances jurídicos presentes en esta nación de naciones, en esta España delirante generada a lo largo de cuarenta años de una Constitución ya muerta y al abrigo de una monarquía devenida finalmente en falsa, corrupta en lo económico y abyecta en lo moral. Estos agentes de la ley asaltan un día y el siguiente a pacíficos viandantes, mujeres solas, hombres ancianos, jóvenes distraídos y les interrogan como si fueran peligrosísimos delincuentes del mundo de la droga, del asesinato, de la tenencia de armas acerca de cuestiones tales como: ¿de dónde viene?, ¿a dónde va?, con amenaza de cárcel, e inmediata multa, amén del apercibimiento de volver a la detención domiciliaria decretada por una clase política miserable al servicio de cualquier cosa menos de los españoles.

Esta clase política incluso especula con la posibilidad futura de identificar a los llamados asintomáticos para confinarlos, no ya en sus propios hogares, sino en auténticos campos de concentración. La justificación de los desmanes corre a cargo del famoso coronavirus chino. No obstante ser una enfermedad generada en laboratorio chino, diseminada por algún error de seguridad del tal laboratorio, o tal vez, distribuida voluntariamente por algún oscuro interés. No obstante a todo ello, nuestro gobierno que es representante de esa clase política miserable, se entrega al régimen chino, a la compra de material inservible a precio de tecnología espacial y de paso, algunos, quién sabe cuántos o cuántas se embolsan las famosas comisiones. Comisiones petroleras antes, a cargo de nuestro alegre y emérito monarca, y comerciales probablemente, ahora.

Y todo el mundo calla, y todo el mundo aplaude. Aplauden balconistas a policías y policías a sanitarios y sanitarios a los de los balcones y los balconeros vigilan a los vecinos que salen a la calle para denunciarlos ante la autoridad competente. Al menos algo positivo. Ya tenemos claro que esta Constitución que según dicen “nos dimos a nosotros mismos” y nos garantizaba un sinnúmero de libertades es una mierda pinchada en un balcón.

jueves, 23 de abril de 2020

PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

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Vivimos angustiados por la incertidumbre. Si algo nos está demostrando esta pandemia es que nadie sabe nada acerca de ella. El naufragio político es evidente y va acompañado del naufragio científico. Expertos de toda ralea, doctorados en las más variadas especialidades médicas, virólogos, genetistas, neurólogos. La élite mundial del conocimiento científico no tiene respuesta ante esta epidemia de proporciones bíblicas. Por otro lado, ante el desconocimiento y el fracaso absoluto del hipertrofiado sistema sanitario mundial, unos abogan por el confinamiento y otros entienden que se trata de una medida inútil en el presente y de consecuencias terroríficas en el futuro.

¿Qué es lo que parece seguro en cuanto a la enfermedad y su propagación? Digan lo que digan los que creen que se trata de una simple gripe con tasa de mortandad similar, lo que vemos, o lo que nos muestran los medios de comunicación es diferente. Está muriendo muchísima gente a causa del virus. En España se contabilizan los muertos por cientos. Cuesta que la cifra baje de los cuatrocientos muertos diarios. Una barbaridad. De la tremenda peligrosidad del virus dan cuenta los fallecimientos de personas muy conocidas y socialmente relevantes. Uno, que en el fondo, no deja de ser conspiranoico, tampoco puede dejar de ver la realidad pavorosa ante la que nos encontramos. Una pandemia de dificilísimo control y que parece irreductible. No hay sistema que garantice resultados ni a medio ni a corto plazo, ni hay solución alguna por parte de la medicina oficial.

sábado, 18 de abril de 2020

TRAGEDIA DE ESPAÑA CON EL CORONAVIRUS: EL SUICIDIO DE UNA NACIÓN

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Los gráficos de avance y retroceso del coronavirus no sirven de nada. Las series se inflan y desinflan en función de las decisiones del gobierno. No sabemos cuándo saldremos de esta, si es que salimos. Sería fácil echar la culpa al gobierno. Sin duda es el máximo responsable. Pero tenemos una nación con territorio escaso y población no tan abundante, dividida en nada menos que diecisiete reinos de taifas con presidente, gobierno, parlamento y demás. Tenemos diecisiete sistemas de salud distintos. Tenemos diecisiete focos de toma de decisiones muchas veces repetidas con las del gobierno central. Tenemos a Torra y compañía con la pertinaz cantinela del independentismo y a Urkulu y compañía con algo parecido. En estas condiciones no hay gobierno que pueda controlar el coronavirus y eso se está viendo todos los días. El ministro de sanidad, si tuviera lo que hay que tener, ofrecería su conferencia diaria junto a diecisiete consejeros de sanidad. Eso mostraría al mundo y nos haría caer en la cuenta a los españoles del disparate en que la constitución del 78 ha convertido, con la monarquía a la cabeza, a esta nación de naciones en vías de suicidio asistido por Torra y el coronavirus.


Las vacas sagradas de la comunicación agredidas.

Al menos una de ellas. María Patiño ha sido agredida en un supermercado. Como defensa...«puse más alta la radio». Se supone que Patiño se defiende de la chusma enrocándose en los auriculares y gafas de sol.

Pero eso no es lo importante. Lo preocupante es la agresión. Y parece que la agresión tiene que ver con Jorge Javier Vázquez y el cachondeo con los ancianos que circula por los digitales y por internet.

Y es que estos llamados comunicadores han comenzado a formar una casta cada vez más extraña. El título, la profesión es la de comunicador. También les titulan colaboradores o colaboradoras.

El trabajo consiste en acudir al plató todas las tardes, (esto lo supongo, no lo sé). Pasan por maquillaje y una vez en el estudio comienzan a hablar unos de otros y de otras de los presentes y de los ausentes acerca de cuestiones personales, muy personales. Tu madre ha dicho, tú has estado con..., yo soy muy directa..., siempre digo la verdad..., me has mentido tú a la que creía mi amiga...

miércoles, 15 de abril de 2020

RESURRECCIÓN

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RESURRECCIÓN

Estamos en tiempo de recuerdo. La Semana Santa recuerda la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

En esta sociedad secularizada todo lo que huele a religioso, a fe en lo trascendente da lugar a artículos, opiniones, incluso a propaganda de libros presuntamente históricos muy contrarios a la historia evangélica de la resurrección. En el fondo todo se reduce a tener fe en Cristo o a no tenerla.

Yo tengo fe. A veces cuando las cosas van mal, la fe flaquea. También cuando los que tenemos fe intuimos que quizá el final del combate entre Cristo y el otro no nos sea favorable. Está la promesa del triunfo final (las puertas del infierno no prevalecerán), la revelación del Apocalipsis de SanJuan libro al que, según el padre Castellani, Borges calificaba como historia con amenazas atroces y alegrías feroces, libro este en el que finalmente se augura el triunfo definitivo de Cristo.

Hay que tener fe, pero lo que vemos en este momento es precisamente el triunfo definitivo del otro.
No obstante y a pesar de la posible derrota de Nuestro Señor, sigo teniendo fe en Él. No tiene ningún mérito creer en el triunfador.

La fe, es cierto, al menos la mía responde también, soy muy consciente de ello, al proceso de troquelación mental al que muchos niños fuimos sometidos en la ya lejana infancia. En aquel entonces, años 60 a 70, y en la España profunda de los pueblos con escasos habitantes, todavía se vivía en una inmersión absoluta en el catolicismo tradicional. Luego, con el correr del tiempo, la fe fue haciéndose más débil, si bien, en mi caso siempre dejé a Cristo en un lugar más o menos resguardado. Nunca renegué de Él, pero sí lo mantuve arrinconado, sin que molestara demasiado en los nuevos tiempos de sexo desenfrenado y libertad aparente que fueron sobreviniendo a partir de los años 80.


domingo, 12 de abril de 2020

¿EL CORONAVIRUS. ARMA BIOLÓGICA?

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A estas alturas a nadie se le escapa que el coronavirus puede ser un arma biológica al servicio de China.

La política de Trump, «América primero», estaba renacionalizando empresas y fábricas que previamente habían trasladado tecnología y capital a China.

Una política de desindustrialización suicida que comenzó a perfilarse ya durante la presidencia de Ronald Reagan. En término acuñado posteriormente se trataba de llevar hasta sus últimas consecuencias un sistema que ha acabado por destruir económica, social y políticamente al occidente desarrollado. El ultraliberalismo.

Libertad absoluta de circulación de bienes y servicios una vez destruida la URSS. La URSS entregada por la élite siniestra y desconocida que nos gobierna como trofeo engañoso mientras los elementos del Deep State jugaban la carta escondida bajo la manga.

El Deep State odia a occidente, odia a la Europa que todavía subsiste después de dos guerras mundiales. El Deep State tiene un solo objetivo. El exterminio de la raza blanca. Trump representa el último intento de supervivencia de una colectividad totalmente minada, corrompida hasta el tuétano por el cine y la televisión, el sexo, la violencia sin sentido y las drogas. Una sociedad corrompida por eso que conocemos como cultura. No en vano y desde hace ya bastantes décadas las obras de los autores más destacados de la «cultura oficial» tenían que llevar necesariamente el sello que certificaba la calidad, el «label». Esta debía ser ante todo y sobre todo, corrosiva.

Trump probablemente sea el canto del cisne que pretendía recuperar esa norteamérica trabajadora, seria, honesta y protestante que en los tiempos del ultraliberalismo tan bien reflejados en las novelas de Tom Wolfe, había sido postergada y expulsada a los arrabales de lo que se conoce como basura blanca. La antítesis de Trump era y es Obama. El presidente africano con el que el mundo tuvo que tragar por imposición del Deep State.

La posterior apuesta por la señora Clinton resultó ser demasiado arriesgada. Una píldora amarga que la clase blanca y se supone que bastante de la afroamericana y latina inmigrante, (esta última conocedora de que las políticas perversas del partido demócrata se parecían cada vez más al populismo criminal de los partidos hispanos al sur del Río Grande) no estaban dispuestas a tragar y acabaron por encumbrar a Trump.

Las últimas encuestas le eran tan favorables. La economía USA ha crecido con tal intensidad que el Deep State ha decidido arremeter con todo su arsenal oculto. La terrorífica amenaza china que argumentaban los ultraliberales, es decir, que China podría contraatacar vendiendo la ingente deuda norteamericana en sus manos, resultó un arma de plástico. La economía china depende de la voracidad consumidora de USA y de Europa. El todo al cien. La producción salvaje con mano de obra esclava china solo puede mantenerse si occidente sigue comprando compulsivamente lo cual, en ausencia de producción propia, requiere crédito sin límite.

La prosperidad occidental, sobre todo la europea, es un espejismo. Sin embargo USA sí tiene bases para encarar el nuevo desafío. Dispone de territorio similar en extensión al de China. Una población sensiblemente menor lo que evita la depredación sistemática de los recursos disponibles. También una tecnología desarrollada y un soporte económico que le permite encarar sin grandes dificultades una reindustrialización. Un retorno a la superproducción de bienes tangibles que supondría un desarrollo económico más equilibrado y menos dependiente de las industrias exteriores a la gran nación americana. La apuesta estaba dando buen resultado. Los índices de desempleo por los suelos y el crecimiento económico en dígitos notables y sostenidos en el tiempo.

El Deep State no podía consentirlo. Las próximas elecciones tiene que ganarlas uno de sus títeres dispuestos al efecto. Trump y sus políticas tienen que caer.

Y ahí aparece el coronavirus. Un arma de destrucción masiva biológica que se ceba en los países desarrollados destruyendo las bases económicas de los mismos. Las bases sociales y morales ya habían sido previamente demolidas en Europa y estaban a punto de serlo en USA.

jueves, 26 de marzo de 2020

CUADERNO DE BITÁCORA DEL CORONAVIRUS

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal













Día 16 de la pandemia en España según fecha oficial (9 de marzo del año de Nuestro Señor de 2020) decretada por el gobierno. El repaso a los diarios digitales da una imagen tenebrosa de lo que ocurre y de lo que nos depara el futuro. La expansión del virus es terrorífica y la tendencia es a aumentar hasta alcanzar la cota estadística máxima a partir de la cual comenzará a declinar el número de infectados. En alguno de los digitales anuncian la escasa fiabilidad de los estadísticas oficiales. El número de test efectuados en España es escaso y en consecuencia los infectados deben ser diez veces más de los contabilizados. Especulan entre seiscientos mil o más. Esos cálculos provienen de algunos estudiosos italianos. La imprevisión italiana es parecida a la española. Probablemente en España sea aún peor.

El gobierno revolucionario castrista español parece totalmente sobrepasado. Incapaz de hacer otra cosa que no sea propaganda y contrapropaganda. Las chicas ultrafeministas tienen sus rincones periodísticos y supongo que televisivos (solo veo Netflix en tv) para mantener la tensión del feminismo reivindicativo. No obstante el virus tuvo una gran ayuda en las manifestaciones del 8 M y muchas mujeres han sido infectadas. Las soflamas están de más en estos tiempos en que el feminismo se expande, pero de poco les sirve a aquellas que contraen la enfermedad.

Son tiempos de solidaridad no de politiquerías que nos están llevando al precipicio.

En la vertiente positiva de la peste, un virólogo francés afirma que la combinación de dos fármacos es eficaz contra la enfermedad. Dudas y discusiones al respecto. De momento la hecatombe continúa.

La Iglesia Católica pliega velas y se retrotrae al interior de las sedes apostólicas. La Iglesia de Aquél que dijo «Mi reino no es de este mundo» tiene miedo de abandonar «este mundo» contrariamente a lo que proclamaba Santa Teresa de Ávila:

Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puso en mí este letrero:
muero porque no muero.
<>
Esta divina unión,
y el amor con que yo vivo,
hace a mi Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero. 


Acaba ya de dejarme,
vida, no me seas molesta;
porque muriendo, ¿qué resta,
sino vivir y gozarme?
No dejes de consolarme,
muerte, que ansí te requiero;
que muero porque no muero. 


Recomiendo la lectura de lo anterior al señor Bergoglio y otros prebostes de la Iglesia.

domingo, 22 de marzo de 2020

Más coronavirus

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal














Encarcelados en casa, bajo arresto domiciliario y sin muchas cosas que hacer excepto esperar y desesperar, internet viene a entretener un poco esta situación. Y leo y releo, periódicos digitales y he dado con este artículo en Alerta Digital. Sí ya sé que es un portal ultraderechista, conspiranoico, ultracatólico, fascista, nazi, etc.

Pero a estas alturas de la película, con la mosca de la muerte zumbando alrededor, ¡qué más da!

Con algo hay que matar el rato. El artículo en cuestión puede leerse...

AQUÍ


Uno cuando lee estas cosas tiende a sonreír. Es verdad que el autor, al que no conozco, escribe extraordinariamente bien. Se intuye como mínimo formación académica superior a la de nuestro actual presidente del gobierno, por ejemplo. Pero dejemos estas cosas accesorias y centrémonos en lo curioso, sorprendente...incluso inquietante de lo que cuenta el escritor.

Y bien. La tentación es decir bueno...”exageraciones”. Pero las declaraciones de unos y otros están ahí y se hicieron y recogieron en su momento y circulan por youtube en internet. Todo eso indica que son ciertas, que el articulista no se inventa lo que cuenta, si bien la manera en que lo interpreta pueda discutirse. Exactamente como puede discutirse la interpretación de Lorenzo Milá cuando nos engañaba conscientemente acerca del brote de coronavirus en Italia. Pero no es el caso. El articulista es sincero, no engaña, lo que cuenta lo cree. Puede estar equivocado, puede estar interpretando las cosas desde un sesgo particular de entendimiento. Pero lo que me alarma es precisamente este párrafo.

(Wuhan es un emporio industrial que reúne laboratorios biológicos de experimentación molecular y bacteriológica para farmacias. ¿Quién es el accionista principal del laboratorio biológico llamado Wuxi App Tec ―puesto en funcionamiento en 2003 tras la epidemia del SARS―?: George Soros (sic)
Y ojo al dato, porque estos laboratorios biotecnológicos se encuentran en Wuhan en la calle Gaoxin Road East Lake. ¿Número?… pues el ¡666! Esto marcha).

Y digo...no puede ser verdad. Sería demasiado estúpido o arrogante. Tienen que ser delirios de la mente de un conspiranoico. Veamos:  copiar y pegar. Copio Wuxi App Tec, pego y me lleva...

AQUÍ


Y siguiendo la dirección de los centros de esta extraña empresa. Efectivamente, la delegación en Wuhan está en esta dirección.
666 Gaoxin Road East Lake High-tech Development Zone Wuhan 430075, China.

Son demasiadas coincidencias. Esto huele a cuerno (satánico) quemado. Joder ¡qué miedo!

jueves, 19 de marzo de 2020

NUEVA ORACIÓN POR EL CORONAVIRUS

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal














En tiempos de miedo como los que vivimos en la actualidad, conviene tener esperanza. Extraer de entre los escombros de nuestra mente destrozada por el terror y la incertidumbre algo, lo que sea que nos ayude y de paso ayude a otros.

Y pondré mi pequeña experiencia que, lo digo de antemano y para aquellos que odian la fe cristiana, tiene que ver con la fe católica. Y con los sueños, mis sueños. Y también con las películas producidas por lo que se llamó fábrica de sueños y que ha resultado ser también fábrica de pesadillas, sobre todo una.

Cuando vi la famosa película “El exorcista” tendría por aquel entonces unos dieciocho años. Me impresionó vivamente. La historia mostraba de forma visible aquello que en las catequesis infantiles a las que yo había asistido se había configurado como algo lejano, nebuloso, ciertamente inquietante , pero carente de forma reconocible, un miedo latente y lejano. El diablo, el demonio, ese ser maligno que quiere arrastrarnos a ese lugar de perpetuo sufrimiento, el infierno, está siempre directamente relacionado con la fe cristiana. Cristo, según los evangelios, hace fundamentalmente dos cosas, dos milagros, curar enfermos y expulsar demonios. La película en cuestión ponía cara y forma al demonio que, dígase lo que se diga, nos aterra a todos los católicos.

Además, me parece a mí, que dicha película terminó por abrir puertas al mal. Mostró sacrilegios, perversos pintarrajeos de tipo sexual a una imagen de la Santísima Virgen, cosas que con el correr de los años repitieron supuestos artistas transgresores, pintando a Nuestro Señor crucificado con sexo femenino, utilizando hostias consagradas robadas de Iglesias para desparramarlas por el suelo. Supuestas, insisto, transgresiones que parecían significar libertad creativa y valentía del autor y que no eran sino demoníacas manifestaciones a través de servidores entregados, consciente o inocentemente a su señor. Al señor de las moscas.

Pero estábamos en los sueños, en los míos. Y a partir de aquella película se repetía cada cierto tiempo la aparición de un perseguidor, de alguien que me inquietaba y del que no podía librarme a pesar de mis oraciones y de recurrir a crucifijos y otras amenazas aprendidas de refilón. No eran, todo hay que decirlo, sueños terroríficos, pero sí sumamente desagradables. Acababan por despertarme y en ocasiones tenía que encender la luz para al cabo de un rato sosegarme y volver a dormir.

En la última de estas pesadillas volvía esa criatura a molestarme, a aterrarme de nuevo, a obligarme a huir sin poder encontrar remedio que me librase de la presencia maligna. Y entonces, no sé por qué, me vino a la mente el recuerdo la historia bíblica de la enemistad entre la mujer y la serpiente. Dios otorga finalmente el poder de aplastar al tentador por parte de la hembra de la especie. Algo curioso y sugerente que para nosotros los católicos cristaliza en Nuestra Señora, la madre de Dios, de Cristo .

viernes, 13 de marzo de 2020

CORONAVBIRUS Y ECONOMÍA

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal















A vueltas con el coronavirus. Tendremos que esperar a que pase la pandemia, si es que pasa, para saber cuál es el origen de esta peste del siglo XXI. Así a primera vista parece un virus de laboratorio. Algo que a los militares se les ha escapado. Veremos. En todo caso las consecuencias van a ser terribles.

La economía mundial se tambalea. El modelo que se ha ido configurando a lo largo de los años y desde la caída del muro, el modelo a seguir en el ámbito económico es el que podríamos definir como mundialista. Antes de la caída había tres territorios económicos, a saber, el occidental, el comunista de la URSS, de China con extensiones en Cuba y en algunos países del oriente y el de los no alineados. En este último se incluían países que pretendían mantener una independencia ideológica y económica respecto a los bloques dominantes. La India comandaba este grupo en el que se integraban naciones del Oriente Medio y africanas.

La caída del muro dio lugar a la conocida globalización para beneficio de unos pocos y destrucción de millones de puestos de trabajo en las economías occidentales. La estrategia económica de aquellos años, muy aplaudida por los sindicatos de izquierdas, fue simplemente mandar al paro a millones de trabajadores de Europa y de Estados Unidos para sustituirlos por mano de obra a precio de subsistencia en otras naciones dispuestas a ello. China, sobre todo. China es ahora mismo la fábrica mundial de cachivaches de todo tipo. Las más modernas empresas de occidente fabrican en China y venden en el mundo, supuestamente desarrollado, cuyos habitantes compran histéricamente todo lo que no les hace falta. Desde un móvil hasta un cepillo de dientes luminoso se fabrican en China y se transportan y venden en Europa y Estados Unidos a precio sin competencia posible.

martes, 10 de marzo de 2020

ORACIÓN POR EL CORONAVIRUS

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal














El coronavirus avanza imparable. Comenzó en China, concretamente en Whuan lugar del que nadie en occidente había oído hablar. Las medidas de las autoridades parecían excesivas, pero para que un estallido semejante escape al control de un gobierno como el chino y el mundo acabe enterándose, la peligrosidad del virus era más que evidente.

Las teorías acerca del origen abundan. Entre las oficiales destacan la costumbre de los chinos de comer pangolín crudo y utilizar partes del cuerpo del animal para la medicina tradicional. Sin embargo esta costumbre no es de ahora y no parece que sea la causa. La historia del laboratorio de experimentación con certificado para trabajar con los virus más letales parece más probable. El ser humano lleva tiempo experimentando con energías y elementos biológicos de difícil control. Caminando al borde del abismo. Lo ocurrido en Chernóbil fue una advertencia que puso en cuestión la energía nuclear. El terremoto en Japón elevó el nivel de alarma ante esta energía, puesto que la tecnología japonesa pasa por ser de las más desarrolladas del planeta. Fukushima colapsó porque no hay avance científico que resista las fuerzas naturales desatadas. La pretensión humana que subyace en todo el entramado científico es la de la omnipotencia. Comed del fruto prohibido y no moriréis, sino que seréis como dioses.

El árbol del fruto envenado tenía nombre desde el principio “el árbol de la ciencia, del bien y del mal”. O de otra forma “el árbol del conocimiento…” parece una advertencia desde el principio de los tiempos. La aparente ignorancia como clave de la felicidad. Las preguntas sin respuesta como creciente inquietud.

Pero estábamos con el coronavirus. Ha habido otras infecciones en el pasado, pero finalmente se demostraron menos invasivas de lo que parecían. Hasta el ébola acabó sucumbiendo en occidente a lo que parecía un sistema sanitario inmune a las amenazas pandémicas. Hasta ahora.

Se restringirán movimientos. Los viajes que en los últimos tiempos habían alcanzado la condición de histeria colectiva serán condenados a la práctica desaparición. Quedaremos adscritos a determinados lugares como en las sociedades estamentales medievales. Quizá no todo sean desventajas. Las juergas internacionales a cuenta de Olimpiadas, campeonatos de esto y de lo otro también serán restringidas. El coronavirus no tiene solución, al menos de momento.

Otras teorías entran en el terreno de la conspiración. El club Bieldeberg, la masonería internacional, los ubicuos Illuminati, según algunos, quieren limitar la población mundial y con el coronavirus al frente, convertir los hospitales en campos de exterminio. El aborto ya gaseaba a pleno rendimiento y ahora la eutanasia con ayuda de este nuevo virus se utilizará para cargarse a los viejos. El sistema de pensiones a salvo y sin necesidad de retrasar la edad de jubilación. También hay quien relaciona al virus con el 5G de los móviles como hay quien cree que en la expansión del autismo tienen culpa las vacunas. Vaya usted a saber. La reverenciada ciencia tiene cada vez más cavernosas e insondables lagunas.

Están, por supuesto, las teorías religiosas. En Garabandal, la misteriosa señora, anunció un aviso, un milagro y un castigo. Este último condicionado a que no hubiera un arrepentimiento después del aviso y del milagro.

Avisos ha habido varios en este comienzo aciago del siglo XXI, bien es verdad que el nivel de deterioro, de descontrol social, de corrupción en todos los ámbitos de la actividad humana, de pérdida de valores humanos considerados básicos hasta no hace mucho tiempo parece haber alcanzado una nueva marca. La copa de la ira divina está llenándose hasta el borde. El coronavirus, en este sentido religioso, sí que parece un aviso. Una llamada de atención. O quizá el aviso haya sido anterior, no uno, sino varios. 11 S, 11 M, guerras de Afganistán, Irak, Libia y antes las de la antigua Yugoslavia. Entonces, puede que el coronavirus sea el castigo sin que hayamos visto el milagro. En fin, no demos más vueltas al asunto. El futuro amenaza tormenta. Tormenta de enfermedad descontrolada. De economía destruida, de descontrol absoluto. Aquí los creyentes alzamos la vista al cielo todas las tardes y clamamos. Ven Señor Jesús. Vuelve ya como prometiste antes de que perdamos la fe.

domingo, 1 de marzo de 2020

FE EN LA CIENCIA

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal


















La diosa razón con las tetas al aire y al frente de una legión de «sans cullotes» armados hasta los dientes encabezó la revolución francesa con notable derramamiento de sangre. A partir de la tremenda revolución expandida después por Napoleón todo es «Ilustración».

La razón humana, la capacidad de raciocinio de este humilde habitante del planeta Tierra elevada a la condición divina. Por el contrario la fe, la religión, la «Revelación» cristiana, arrastrada por el fango de las idolatrías, fetichismos y creencias tribales. No obstante, se dice que detrás de todo ello está la masonería.


Y oculto en los grados más elevados de semejante institución cuyos miembros definen como filantrópica, discreta que no secreta... y poco más se sabe de ella…, en los grados más altos, insisto, se rumorea que reina el propio Satanás, denominado Lucifer; por lo que si la relación masonería, «Ilustración» y al fondo Lucifer, fuera cierta, entonces estaríamos ante una religión que exige también, fe, fe ciega y entrega absoluta. ¿Cuál puede ser la Iglesia, la comunidad de creyentes en la fe de la diosa razón?

La humanidad de estos tiempos, casi en su totalidad, desprendida de la religión cristiana adora ya al príncipe de este mundo, al portador de la luz que la distribuye con cuentagotas y únicamente a algunos elegidos iluminados por una inteligencia de un 150% IQ para arriba. Y entonces surge la duda ¿ cuál es la recipiendaria de la fe en la razón que se manifiesta en una creencia ciega y sin fisuras, lo mismo que la fe en Cristo ha cristalizado hasta muy recientemente en la Iglesia Católica?

Por supuesto, la ciencia. Existen otras subórdenes pseudo-religiosas destinadas a difundir la buena nueva de la alegría sin límites, tales como la música demente que congrega miles de feligreses moviéndose al ritmo enloquecido del rock, del heavy, del rap, todas ellas variantes de canto gregoriano al servicio de Lucifer. Pero en lo fundamental, la fe en la luz de la inteligencia se dirige sin fisuras a la «CIENCIA» con mayúsculas. En la ciencia depositan su esperanza aquellos que contratan los servicios de hibernación secular. La ciencia advierte y se defiende una y otra vez ante las escasas y molestas manifestaciones de falta de fe, de la necesidad de tiempo y recursos. Lo no explicado se explicará en el futuro, solo hace falta tiempo e investigación. Nuevos sacerdotes de la ciencia al servicio del conocimiento absoluto deben ser reclutados y empleados en la indagación del misterio de la vida y de la naturaleza. Con el tiempo la ciencia responderá. De momento podemos y debemos conformarnos con novelas de ciencia ficción y películas utópicas y distópicas.

La realidad de la enfermedad y la muerte quedan disimuladas en la prédica de la necesidad de tiempo para acabar con la vejez, la enfermedad y la misma muerte. Artículos periodísticos presuntamente serios, predican la posibilidad científica de la inmortalidad.

De momento, la ciencia receta felicidad y curación en frascos de píldoras; y para lo inevitable, la cancelación rápida y, dicen ellos, los médicos, indolora de la vida que no merece ser vivida. Si uno no puede asistir al concierto del último grupo salvaje, ni follar como es debido, ni competir en la maratón ciudadana de todos los años, si uno, no puede participar de la alegría mundial dispensada por la nueva religión del «carpe diem», al menos que no moleste ni incordie a los demás y la diñe rápida y silenciosamente. Eutanasia.

Sin embargo, algo ha ocurrido que está resquebrajando el cristal de «Matrix» y nos acerca a la realidad amarga de la vida y de la muerte. El «coronavirus», o tal vez, el virus coronado, sea lo que sea el maligno octavo pasajero, parece haber roto las barreras de la nave Nostromo, léase aquí Wahnm. De pronto, el terror medieval a la peste se expande como pólvora, expansión apenas contenida por los risueños y mentirosos rostros televisivos que reducen la enfermedad a cifras estadísticamente manejables por los sacerdotes de la ciencia médica.

Que no cunda el pánico. «Alien» parece controlado gracias al macro hospital chino construido a velocidad de fórmula uno. Pero vete a saber. Algunos descreídos están ya abandonando la fe científica y retornando a la esperanza cristiana, «Mi reino no es de este mundo». El miedo a la muerte, a la enfermedad, a la reclusión en la propia casa, a una corta expectativa de vida retorna desde el medievo europeo, cuando la lotería de la enfermedad era generosa y todos tenían premio, gordo o solo la pedrea, pero todos compartían suerte o más bien, mala suerte.

Los modernos alquimistas siguen buscando la piedra filosofal, solo que ahora, por otros métodos. Han pinchado en hueso. O tal vez no. Dicen los mal pensados que según han decidido los grados elevados de la masonería, en el mundo sobramos muchos. Miles de millones. Quieren reducir la población a la cifra manejable de quinientos millones. Bien distribuidos, permitirán a las élites cazar en las sabanas y bosques africanos, visitar sin agobios catedrales y reliquias de antaño. Disponer de espacio aéreo y terrestre a su capricho. Así como desplazarse en monstruosos super-coches Hummer por las despejadas ciudades a través de la extensión del «Madrid Central» al «Todo Madrid despoblado de chusma y solo para mí».




domingo, 23 de febrero de 2020

¿HACIA DÓNDE VA ESPAÑA?

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal

















NOTA. Escribí el  post que sigue ayer mismo 24/02/2020. Como decía al principio, las teorías conspiranoicas no gozan de estima alguna entre la mayoría de los ciudadanos. Las mías pasan desapercibidas y se desechan de inmediato con ese pensamiento que casi puede escucharse: «mira lo que dice el tonto este». Hoy 25/02/2020 he leído este artículo de alguien que, en mi opinión, si debe ser tenido en cuenta. Léanlo y vean por donde van los tiros del gobierno actual.

AQUÍ



Los análisis que de la actual situación española están haciendo los más sesudos comentaristas y articulistas del mundo periodístico y televisivo español nos llevan a concluir que todos ellos están sumidos en la más oscura de las confusiones.

Nadie es capaz de vislumbrar un futuro más o menos claro para esta nación, ahora de naciones.

Lo que el nuevo gobierno está haciendo, sin embargo, es significativo. Simplemente está incidiendo, llevando adelante las políticas más extremistas en el mundo occidental en todos los órdenes. En el orden político, en el social, en el religioso y en el científico.

El resultado de todo ello y a no mucho tardar debe ser lo que vengo anunciando desde hace años y a lo que ninguno de mis interlocutores hace el menor caso. Es más, miran hacia otro lado y sonríen displicentes. «Mira lo que dice el tonto este», piensan.

Repito que la política española desde la famosa transición nos ha ido conduciendo a donde estamos en este momento. Transición orquestada por los restos de un régimen político que consideraba a los españoles menores de edad, algo parecido a un rebaño de cabras locas al que había que conducir a los verdes pastos de la democracia liberal europea. El origen pues, está en la transición. El proceso ha sido penoso, largo, pero con Sánchez e Iglesias está ya a punto de culminarse. El fin de España está cerca. La disolución de este estado nacional puede tocarse ya con los dedos de la mano agarrotados de tanto señalar el camino hacia adelante, hacia el progreso. La ideología dominante, amalgama de subideologías de corte marxista todas ellas, se resume en una palabra, progresismo.

Y bien, tenemos entonces, a Marruecos extendiendo aguas territoriales por decisión suprema del monarca alauita. Visita de nuestra tremenda ministra de exteriores que habrá causado la carcajada general en el gobierno del vecino del sur. Gobierno de hombres hechos y derechos, probablemente polígamos y desde luego gobierno poco igualitario. ¡Qué escándalo! Nuestra progresista ministra habrá tenido que ilustrarles acerca de lo conveniente de promover la igualdad mientras ellos, en silencio, asienten, miran el mapa en el Ipad y calculando millas náuticas y disposición del gobierno español, piensan: «joder. Con esta tipa y el resto de elementos similares en Madrid, en una semana todas las Canarias pueden ser nuestras». El gobierno canario, entre tanto, está muy ocupado organizando el carnaval.

Argelia hace lo propio en la isla de Cabrera, y ante ello, el gobierno español simplemente ya ni siquiera envía a nuestra ministra de exteriores, muy afectada por el poco caso que le han hecho en Rabat. En Rabat las carcajadas se escuchan todavía. Aquí nos conformamos, por no llorar, con las alegres chirigotas de Cádiz.

También tenemos prevista una reunión entre Sánchez y Torra. Cataluña se va con las bendiciones de nuestro presidente. Los políticos catalanes con prisión descafeinada pueden presumir de grandes sufrimientos padecidos por culpa de la represión española ante la TV3 suscitando de paso el aplauso de Ferreras y señora. El procés, derivación, del proceso iniciado en el 78, sigue adelante y progresando. En el intervalo han muerto algunos jueces y fiscales relacionados con el asunto catalán.

No nos entretengamos ni un minuto más. Advierto de nuevo. España se disuelve en cómodas unidades territoriales al alcance de cualquiera. Canarias para Marruecos, es decir, para Francia, a no ser que USA decida que le interesa el portaaviones isleño del Atlántico. Galicia para Portugal y Cataluña para Francia. Las Baleares para los jubilados alemanes y toda Andalucía se subastará entre el Reino Unido, USA y, Dios no lo quiera, Marruecos. Amén. Queda Castilla y su posterior desmembramiento a conveniencia de unos y de otros.



viernes, 10 de enero de 2020

EL AUTÉNTICO SIGNIFICADO DEL ASESINATO DE SOLEIMANI

Viajeros del tren nocturno
Lluvia mortal














El asesinato de Soleimani abre una nueva estrategia en los conflictos bélicos. Hace años vi un documental en TV. Quizá fuera solo una noticia con acompañamiento de video, no lo sé con seguridad. El caso es que podía verse una impoluta sala repleta de mesas, sillas y en cada mesa una pantalla de ordenador. Frente a cada una de ellas un militar, o una militar. Vestían el tradicional uniforme USA de camuflaje, sin que se pudiera entender qué función tenía camuflarse en aquel remoto lugar de los Estados Unidos, según creo, en que se grabaron las imágenes.

En uno de los ordenadores una joven observaba el tranquilo paseo de un hombre en el desierto de Afganistán. Mientras sorbía un café jugueteaba distraídamente con el “jostick”. Las imágenes estaban siendo tomadas desde arriba, quizá desde un “dron” o un satélite. Enfocaban con gran precisión al confiado paseante. Era alto, muy delgado,con barba, turbante anudado a la cabeza y para su desgracia, parecía Bin Laden, cuando Bin Laden todavía se ocultaba en algún lugar desconocido. Alrededor del hombre la pantalla dibujaba un cuadro y estrellas o apóstrofes en cada vértice, un cuadrado mucho menor oscilaba en torno a su cabeza. La joven militar, creo que recibió alguna comunicación, apretó el botón del “jostick” y el hombre fue inmediatamente fulminado.

Por supuesto fue un error. Aquel desconocido no era Bin Laden. Es posible que ni siquiera tuviera relación con ningún grupo armado. Quizá solo fuera un hombre tranquilo que disfrutaba del paseo. En todo caso murió por algún disparo efectuado desde un “dron”. A la militar, el reportero le preguntó algo respecto al posible error y como respuesta un encogimiento de hombros y una sonrisa.

Pero eso fue hace algunos años. Parece que la tecnología ha mejorado. Ahora los militares norteamericanos están seguros del objetivo, ya no confunden caras o siluetas. Y entonces podemos entender el significado profundo del asesinato de Soleimani. Es un aviso, un aviso a navegantes.

Hasta ese preciso momento en que Soleimani muere, los grandes, los poderosos de las naciones, podían sentirse relativamente seguros. Las vidas físicas de los jerarcas, de los que ordenan atentados y acciones militares suelen estar a buen recaudo, lejos de los escenarios bélicos y protegidos por guardias pretorianas de fidelidad contrastada. La absoluta invulnerabilidad del líder es imposible, siempre ha existido un riesgo. Muchos dirigentes políticos han muerto asesinados, pero el riesgo era más bien remoto y asumible. Los servicios de protección personal han mejorado desde el asesinato de Kennedy y todos los presidentes posteriores han culminado sus años de mandato con vida. El atentado contra Reagan falló finalmente. Es de suponer que otros líderes de países en conflicto habrán sabido organizar sus propios servicios de protección de manera eficiente. El propio Soleimani debía de contar con una guardia personal extraordinariamente preparada. Tal vez incluso contaba con asesoramiento de los servicios secretos de Putin. Todo ha resultado inútil.

Trump y sus asesores militares no responderán al ataque con misiles porque ya esperaban que se produjera. Simplemente se ríen para sus adentros. El mensaje estaba destinado a los jerarcas iraníes y a otros que desde este momento deben andarse con mucho ojo.

Para qué iniciar una aparatosa y costosa guerra si puede liquidarse el asunto con tanta facilidad. Un enemigo es peligroso en la medida en que sus dirigentes están capacitados para la dirección y toma de decisiones. Sin Hitler es probable que Alemania no se hubiera lanzado a la guerra.

No todos los hombres o mujeres son buenos al mando de ejércitos o grupos armados. Soleimani parece que era un extraordinario líder y con su muerte la eficacia de los grupos que él dirigía habrá seguramente disminuido. A esto debe añadirse el profundo sentimiento de inseguridad personal que el asesinato ha producido y producirá en adelante en todos aquellos enemigos jurados de USA y sus aliados, singularmente Israel. Ali Jamenei sabe ahora que cualquier paseo por las calles de Teherán puede ser el último. Lo mismo ocurre con elementos como Maduro o el propio Qim Jong. Todos ellos habrán sacado las conclusiones oportunas. En algún remoto lugar, en una sala aséptica y repleta de sofisticada tecnología alguien frente a una pantalla de ordenador les está viendo. Están siendo seguidos en todos y cada uno de sus movimientos. A estas alturas, quizá ni el interior de los palacios presidenciales, mezquitas o instalaciones militares sea seguro. Algún avance de reconocimiento facial, o de captación de calor corporal estará siendo utilizado para enviar coordenadas personales al espacio y luego al ordenador frente al cual un militar, en caso de que llegue la orden, solo tendrá que apretar el botón mientras se bebe un café caliente.

11 M: REALISMO FANTÁSTICO ó MÁGICO.

  El gobierno del PSOE ha rescatado la memoria del 11M. Con su habitual manipulación a cargo de informadores sectarios que han tapado el...