Translate

lunes, 19 de marzo de 2018

EL REINO DE CARRÉRE Y EL CASO DE CRISTO III

Lluvia mortal
Viajeros del tren nocturno












EL CASO DE CRISTO

Escrito por Lee Strobel que se identifica como periodista especializado en juicios penales en los EE UU, es un libro ensayo que se puede adquirir en Amazon. La presentación y el maquetado dejan bastante que desear, hay muchos guiones separadores de sílabas que en lugar de al fin de página aparecen en medio de ella. La traducción parece hecha por algún hispano hablante de EE UU con lo que algunas expresiones, por ejemplo “sanidades” en lugar de “sanaciones” o “curaciones” sorprenden. No obstante, es perfectamente legible y notablemente más barato que una edición en alguna editorial de renombre. Se puede pedir por unos nueve euros.

“El Caso de Cristo” circula en dirección contraria a “El Reino” de Emmanuel Carrére. En “El Reino” Carrére cuenta la historia de una conversión y posterior pérdida de fe. Primero, angustiado por su situación personal y empeñado en salvar un matrimonio que finalmente fracasa, Carrére se hace católico casi fanático (ya se sabe que el catolicismo es la religión que consuela en los fracasos) y posteriormente Carrére reniega de la fe y pasa a escribir “El Reino” para concluir que todo era mentira. Cristo no resucitó y toda la historia posterior se debe fundamentalmente a un fanático, primero judío y luego cristiano, Pablo que ni siquiera conoció personalmente a Jesucristo.

Según la publicidad de la película que se estrena, parece, en algunos cines de España el día 2 de marzo, Strobel hace exactamente el camino contrario. Es un ateo convencido al que la conversión de su esposa coloca en una situación insostenible. Intenta entonces, valiéndose de su condición de periodista experto, derribar el “mito” cristiano recurriendo a expertos en teología que acaban por convencerle de que Cristo existió, de que fue crucificado y muerto tal como relatan los evangelios y de que resucitó de entre los muertos.

Ahora bien, el libro más parece escrito por alguien previamente creyente que busca el testimonio de aquellos que pueden confirmarle en la fe que el ateo que pone en cuestión las historias evangélicas
.
Así como Carrére recurre a eruditos ateos que con argumentos más o menos sólidos desconfían del relato evangélico, Strobel recurre también a estudiosos cristianos que están convencidos de la verdad de los hechos contados en los evangelios acerca de Cristo.

En resumen, los que creemos seguiremos creyendo y los que no, probablemente seguirán incrédulos. En todo caso hay algunas conclusiones que parecen bastante evidentes después de leer “El Caso de Cristo”.

Primero, los evangelios canónicos (los tres sinópticos y el de San Juan) parecen haber sido escritos casi en el mismo momento en que se produjeron los hechos. En términos comprensibles son casi diarios de lo que Jesús dijo e hizo en vida. Esto es importante puesto que el gran argumento de los que niegan a Cristo, en algunos casos poniendo en cuestión su propia existencia, ha sido durante muchos años que primero la Iglesia se hizo con el poder y luego escribió los evangelios de forma que quedara justificada la tal Iglesia. Se atribuía a estos escritos una antigüedad que databa del segundo o tercer siglo después de Cristo. Por el contrario Strobel concluye después de entrevistar a destacados investigadores del cristianismo (¿ protestantes evangélicos?) que como muy tarde fueron escritos hacia los años sesenta, es decir, sobre treinta años después de la muerte de Cristo que en términos de documentos antiguos es casi en el mismo momento en que ocurrieron los hechos y basados además en testigos presenciales. Según cuenta, la historia de Alejandro Magno fue escrita cientos de años después de su muerte y ningún historiador la pone en duda.

Los relatos evangélicos, precisamente por las diferencias entre ellos, son extraordinariamente creíbles. Incluso sus más enconados enemigos atribuían los milagros de Jesús que nunca pusieron en duda (no ocurre lo mismo con nuestro actual Papa y en general con la jerarquía y el clero católicos desde el Vaticano II) al poder de Satanás. Precisamente estas afirmaciones de sus enemigos dan mayor credibilidad a los hechos atribuidos a Jesús

La cristología, es decir, la creencia en Cristo Dios hecho hombre no es una evolución posterior de unos hechos convertidos en leyenda con el paso de los siglos, sino que ya Pablo en la década del 30 a 40 había elaborado un credo en el que se afirmaba el origen divino de Cristo y la creencia en la resurrección.

Como mejor evidencia de la verdad evangélica solo tenemos que ponernos en lugar de los seguidores de Cristo. Algunos apóstoles, todos probablemente, creían que Cristo era el Mesías. A pesar de las advertencias del mismo Cristo y de alguna que otra solemne profesión de fe por parte de un individuo bastante tosco, Pedro cuando afirma que “tú eres el Cristo hijo del Dios vivo”, más bien parece que todos esperaban el triunfo final, la manifestación ulterior del poder divino y de paso la toma del gobierno con derrota de la ocupación romana. Algunos de ellos, la madre de los hermanos Bonaerges , ya habían solicitado el inevitable enchufe, la colocación de los hermanos en puestos de relevancia en el futuro gobierno:
(Mateo 20:20-28
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.
21 El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.)

Cuando es apresado, torturado, crucificado y sobre todo humillado como el más ruin de los criminales, todos desaparecen. Se esconden asustados. Por eso las que van a la tumba de Jesús son las mujeres, el amor de la mujer es mucho más consistente que el de los hombres. Y entonces…

Evidentemente algo debió ocurrir para que quienes huyeron y se escondieron agobiados por el pánico de repente salieran a predicar, a proclamar la identidad del Mesías prometido y acabaran aceptando para ellos mismos una muerte terrible porque habían visto “algo”.

Cada uno puede extraer las conclusiones que prefiera. Puede leer “El Reino” de Carrére y luego “El caso de Cristo” de Strobel. Ambos son magníficos relatos escritos con la fluidez y la capacidad de atrapar al lector de dos extraordinarios periodistas.

No me resisto aquí a mencionar una frase de Carrére cuando dice en un pasaje de su libro que “en aquel momento hubiera vendido mi alma al Diablo a cambio del triunfo como escritor, pero él no la quiso”. Bueno, ahora Carrére ha triunfado como escritor.

jueves, 8 de marzo de 2018

EL REINO DE CARRÉRE Y EL CASO DE CRISTO II

Lluvia mortal
Viajeros del tren nocturno















Además, curiosamente, sigue buscando la ayuda psicoanalítica, acude a una terapeuta.
Acerca de esta cuestión no es muy explícito, pero sin duda un hombre de su formación debía saber que no hay nada más contrario a la fe religiosa que el psicoanálisis. Si para el católico el Dios creador existe fuera de la mente y se manifiesta a lo largo de la historia al pueblo de Israel y luego, finalmente, se encarna como hombre verdadero en la figura de Cristo, para el psicoanalista no hay nada externo al hombre, el Dios de los cristianos es solo una elaboración mental, una extrapolación, no es otra cosa que el padre todopoderoso, justo y sabio que todos los niños construyen inconscientemente y al que dotan de las virtudes más perfectas, pero que en el fondo solo es imagen prefabricada del pobre hombre que tienen por jefe de la familia.

En definitiva una creación subjetiva, personal que no tiene mayor ni menor importancia que los males que semejante construcción fantástica puede provocar en las mentes más influenciables en forma de represiones sexuales, frenos y diques cerebrales fortísimos que en muchas ocasiones anulan al paciente. Figura ésta, la del padre, el gran castigador que debe ser reconvertida, transformada a lo largo de las sesiones psicoanalíticas. Carrére advierte a la terapeuta, «no voy a aceptar que la terapia cuestione mi fe católica»,
« ¿por qué ha de hacer usted un problema de eso?, puede usted seguir siendo católico y al mismo tiempo psicoanalizarse», le responde ella. Cuestión zanjada, hasta cierto punto al menos.

viernes, 2 de marzo de 2018

EL REINO DE CARRÉRE Y EL CASO DE CRISTO 1

Lluvia mortal
Viajeros del tren nocturno













«EL REINO». Emmanuel Carrére. La crisis de «no fe» de un ateo racionalista.

Hubo un tiempo en que Francia iba bien, era un país agradable que trataba de olvidar la última gran guerra. Despegaba la economía francesa como el elegante reactor supersónico Concorde. Emmanuel Carrére nació en el año 1957 y creció por tanto en los años sesenta en pleno desarrollo de la magnífica sociedad francesa de la abundancia y del hedonismo.

En el 68, a sus once años percibiría, se supone, los ecos de la gran revolución de los adoquines que acabó sucumbiendo a la lógica de un país que no se iba a convertir en comunista, porque el bienvivir se había instalado en la nueva Francia tutelada por el bloque occidental de la libertad de mercado y el sistema parlamentario.

No obstante siempre quedaba, quedaría, es de suponer, en los jóvenes de entonces, esa pulsión genética que busca el cambio sea éste el que sea, una revolución que acabe con la injusticia y traiga a este mundo la paz, el amor, la justa retribución al trabajador, en definitiva la felicidad celeste que en las mentes apasionadas de los jóvenes no debe dejarse para los oscuros e inciertos pasajes de la ultravida.

Carrére es un hombre de extraordinario talento, un intelectual progresista que en su juventud pasará a formar parte de esa clase media cultivada, bien asentada en un trabajo creativo y remunerado como corresponde a las élites francesas que se están abriendo paso cabalgando sobre las olas del desarrollo económico en la segunda mitad del siglo XX. Carrére no es un hombre rico en el estricto sentido de la palabra, sino un hombre bien situado, sólidamente instalado en la clase media, con una ocupación respetada y una familia a la que es capaz de proporcionar todo aquello que a través de su condición de creador de guiones televisivos puedan necesitar. Sin embargo hay algo que Carrére no tiene, no consigue.

11 M: REALISMO FANTÁSTICO ó MÁGICO.

  El gobierno del PSOE ha rescatado la memoria del 11M. Con su habitual manipulación a cargo de informadores sectarios que han tapado el...