SIRIA: LA GUERRA SIN FIN

Estados Unidos se retira de Siria.

La noticia ha pasado casi desapercibida y envueltos como estamos en una auténtica guerra europea que se libra, de momento, en el plano ideológico y social, no ha sido atendida ni analizada como es debido por los comentaristas políticos contratados por el sistema que nos gobierna.

En términos más comprensibles, Estados Unidos se retira de Oriente Medio, como antes se retiró de Vietnam, en lo que a todas luces es una nueva derrota militar y política del cancerbero occidental.

Trump significa hartazgo del papel norteamericano durante los años que siguieron a la caída del muro. Del antagonismo con el marxismo soviético se pasó casi sin solución de continuidad a la guerra con el islamismo radical. Ya anteriormente el presidente Reagan había desplazado un pequeño ejército al Líbano aprovechando el avance israelí que acabó cuando un atentado terrorista mató a cientos de soldados estadounidenses. Estaba reciente todavía la tragedia de Vietnam con miles de jóvenes americanos empaquetados en ataúdes y banderas y otros cientos de miles lisiados física y psicológicamente de por vida. Hacía falta algo más que el estrafalario Gadaffi para que el gigante USA volviera, una vez más, a meter la pata y aliviar el agobio internacional que sufría el estado de Israel. Los atentados del 11 S pusieron de nuevo en marcha la  política americana de intervención militar en el globo terrestre por muy alejado de Washington que se encontrara el teatro de operaciones. ¿Fue el ejecutivo de Busch atraído a una trampa mortal mediante un atentado organizado únicamente con ese fin? En eso concuerdan los llamados conspiranoicos. ¿A quién benefició en última instancia el despliegue militar que volvió a llenar los aviones militares de Estados Unidos con féretros y banderas?



Pues parece que por encima de todo a Israel que no es, como todo el mundo piensa, un pequeño país asediado, sino el Vaticano del sionismo mundial o del judaísmo religioso expandido por todo el mundo y que dicen, es el que en realidad gobierna en USA, amén de que a diferencia del Vaticano católico sí tiene divisiones acorazadas y un más que respetable arsenal nuclear.

Derrotados una vez más, los USA han buscado el nuevo Nixon, un presidente maldito que curiosamente fue el que sacó a su país del barrizal sanguinolento de Vietnam al revés de lo ocurrido con el tan venerado señor Kennedy que fue quien lo metió.

Dice Trump que se retira porque el Estado Islámico ha sido derrotado en un 99%. Dicen los conspiranoicos que dicho EI es, por el contrario, una creación de los servicios secretos USA y de Israel. De hecho el EI luchaba y sigue haciéndolo contra el gobierno sirio de Hafez el Assad que de no haber sido apoyado en última instancia por el ejército ruso seguramente habría sido depuesto y el país, Siria, disuelto en un mosaico tribal tal como ocurrió con Gadaffi y Libia y como se intentó que ocurriera con el mismo Egipto al que los militares consiguieron salvar de un destino parecido al de Turquía.

USA pues, se repliega y toda la política occidental en Oriente Medio se tambalea en espera de acontecimientos. Trump ha decidido sacar a su país de los conflictos en que se mete o le meten y atender a los intereses norteamericanos en primer lugar. Dichos intereses pasan por recomponer una economía interna basada en la producción industrial propia, es decir, protegida, frente a la industria foránea, singularmente la oriental en general y china en particular que ha pasado a ser recipiendaria del traslado masivo de empresas y tecnología americana en manos de los lobos de Wall Street cuyo único interés ha sido llenarse los bolsillos a costa de convertir a la población anglosajona norteamericana a la condición de basura blanca infectada por el paro, las drogas y el abandono que tan bien retrata Tom Wolfe en sus últimas novelas.

Claman pues los progres mundiales contra Trump, colapsan el gobierno los demócratas que tienen mayoría en el congreso para salvaguardar los intereses de la casta económica e intelectual que gobierna el mundo y conseguir la deseada avalancha de inmigrantes que disuelva en el mar de la miseria generalizado la reacción de la población todavía mayoritaria norteamericana. La lucha continúa y hay que estar atentos a los acontecimientos en Oriente Medio.