Algo
está cambiando en el sistema político de los países occidentales. En los
Estados Unidos han irrumpido con fuerza dos
candidatos que los medios oficiales, sobre todo los europeos, consideran extremistas.
Trump
en el bando republicano y Sanders en el demócrata. Representan allí una revolución semejante a la que
significan los nuevos partidos radicales por el extremo derecho o el izquierdo del
espectro ideológico que están apareciendo en la vieja Europa todavía sometida al
imperio norteamericano.
El
sistema oficial, el régimen de lo
políticamente adecuado no ha tardado en reaccionar contra estas amenazas
emergentes para lo reglamentariamente establecido, singularmente los medios de
comunicación que hace tiempo han dejado de serlo para convertirse en servidores
del amo que les paga.