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domingo, 22 de mayo de 2016

PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN QUIEBRA...eso dicen...


EL SISTEMÁTICO ATAQUE DE LOS NEOCON CONTRA EL SISTEMA DE PENSIONES.

Ahora dicen que el sistema está en quiebra. Pueden leer aquí la última ocurrencia de los neocones...

que descargan con  hipocresía  la responsabilidad en sus colaboradores habituales, la clase política actual.

El truco está en la definición del sistema, ellos (economistas, técnicos, doctores y catedráticos en esa cosa que se ha dado en llamar ¿ciencia económica?) parten del supuesto, que dan de inmediato por hecho incontrovertible, de que estamos ante un sistema de reparto.
¿Por qué dicen que es de reparto?, pues porque la ley de Seguridad Social establece como fuente de financiación el conjunto de cotizaciones corrientes que pagan empresarios y trabajadores al sistema lo que según estos extraordinarios iluminados del globalismo y liberalismo económico a ultranza que no debemos confundir con el libre mercado, significa que si las cotizaciones no cubren los gastos que generan las pensiones, entonces todo el sistema está quebrado.




Bien, aquí la primera pregunta. ¿Desde cuándo el sistema de pensiones español es de reparto?, es decir ¿desde cuándo lo que los cotizantes, empresarios y trabajadores, ingresan se reparte entre los jubilados?, porque hubo un tiempo no tan lejano en que los cotizantes eran millones y los jubilados algunos miles y si el sistema fuera de reparto los pensionistas de entonces, nuestros padres y abuelos se habrían hecho millonarios y nosotros podríamos estar viviendo de rentas.

Por tanto, primero conviene puntualizar, no estamos ante un sistema de reparto sino ante una Ley de Seguridad Social que establece en este momento unas fuentes de financiación determinadas que pueden, como todas las leyes, cambiarse, no debemos caer en las simplificaciones que los neocon, esos tipos que han arruinado a occidente a cambio de suculentas comisiones, tienen por costumbre establecer como “mantras” que de tanto repetirse acaban por convertirse en dogmas de fe para el común de los mortales.

La Seguridad Social pública es una variedad de contrato de seguro entre la administración del Estado, en este caso España y sus ciudadanos. Es una Ley que obliga a empresarios, trabajadores y al propio Estado a una serie de deberes y derechos que están perfectamente establecidos y que deben respetarse como otras leyes vigentes, pongo por ejemplo la Ley de Tráfico, el Código Penal, el Civil, etc.

Insisto, ante el “mantra”, el lugar común, el lema que solo busca introducirse en el cerebro de todo el país para así, una vez asimilado, proceder a la enésima reforma del sistema a fin de liberar recursos para otras cosas tan interesantes como financiar bancos en quiebra, televisiones públicas de adoctrinamiento político y adormecimiento en los demás, comunidades autónomas en déficit sistemático, ipads e iphones de última generación para sus señorías y sobre todo ello llegar a convencer a toda la nación de que no hay remedio, de que el sistema es insostenible, debemos responder con firmeza y exigir el cumplimiento del contrato de seguro que se nos ha obligado a firmar con la promesa que ahora quieren romper de una pensión futura.

Además, es cierto que ahora hay muchos jubilados que tienen derecho a pensiones que durante unos años, no muchos, van a producir tensiones en el presupuesto del Estado, pero... gracias a las políticas de la señora Báñez y del señor Rajoy cada vez hay menos desempleados con derecho a indemnización mensual por despido que después de la última reforma ha dejado a millones de desgraciados en el paro con indemnizaciones de miseria que podemos comparar con el permiso de los neocones, con las que cobran directivos, consejeros de administración, gerentes, etc. estos prohombres de la nación que no abandonan su sillón por menos de unas decenas de millones de euros, una vez que han llevado a las empresas que gestionaban a la quiebra, léase el caso Abengoa y otros similares y compárense las indemnizaciones que se están repartiendo estos representantes del ultraliberalismo con las que piden, ellos mismos con un par, para los trabajadores que han despedido.

Esto descargará INEM, ese artefacto funcionarial de otras cargas que no sean las de los miles de funcionarios contratados de por vida  que solo se ocupan de tramitar las prestaciones que cada vez son  menos y de menor cuantía.

Insisto en que  las tensiones van a ser temporales, puesto que los que vayan jubilándose, si pueden, una vez reformado el sistema por el próximo gobierno (el que sea) cobrarán bastante menos de lo que ahora mismo les correspondería si tuviesen la edad. Por lo que respecta a la siguiente generación, si es que consigue entre un contrato basura y el siguiente, además de la permanencia garantizada por tiempo indefinido en el desempleo, insisto si consigue generar algún derecho a pensión de jubilación será algo parecido a una pensión mínima de subsistencia precaria y poco más.

Y es que los ultraliberales no tienen conciencia de nada que no sea el beneficio económico, el suyo por supuesto. Son todos catedráticos, doctores, magníficos intelectuales de la cosa económica que solo entienden de dinero, dinero sin más, dinero bancario, dinero moneda dinero gaseoso, aislado de cualquier bien tangible al que debería representar. No les interesa el trabajo, nunca hablan del producto que se obtiene en una empresa, a ellos solo les interesan los altibajos de la bolsa y eliminar cuanto antes cualquier gasto que les impida ganar unos céntimos en sus inversiones.

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