SILENCIO ABSOLUTO
Una vez conseguido el gobierno, la marabunta mediática ha dejado de escandalizar y ha calmado los agónicos arrebatos anticorrupción, arrebatos que solo afectan al PP.
Visto ya el resultado del sistemático recordatorio de las corruptelas del partido de Rajoy podemos concluir que todo ha sido una estrategia de acoso y derribo para que el PSOE, partido al que unas elecciones no auguraban resultado positivo, recuperara al precio que fuera el poder. La clave está, siempre ha estado, en los segundos escalones del régimen del 78 devenido por obra y gracia de Felipe González y su política ulterior a las mayorías absolutas conseguidas a partir del año 1982 en un sistema de acaparamiento para afiliados y simpatizantes del partido de todo o de la mayor parte del entramado judicial, funcionarial, policial, periodístico y televisivo. En el orden judicial Alfonso Guerra en su momento enterró definitivamente los principios fundamentales de un estado de derecho con una frase lapidaria “Montesquieu ha muerto”, dicho de otra forma, la independencia del poder judicial respecto del poder político tenía fecha de caducidad en España. De inmediato se habilitaron plazas para jueces a través del cuarto turno con el argumento del exceso de trabajo para los jueces en activo.
Policialmente hay una película que puede verse en Netflix (el hombre de las mil caras) en la que se repasa uno de los casos más terroríficos (por lo vergonzoso) ocurridos durante uno de los gobiernos de González.
En el apartado funcionarial el ejemplo más evidente es la comunidad andaluza que ha seguido durante ya tantos o más años que la dictadura franquista el reconocido y agradecido sistema de ampliar sistemáticamente las plantillas de funcionarios de todo tipo y en muchas ocasiones sin función alguna que realizar. También no solo en Andalucía, se incluyen en este tipo de políticas clientelares el mantenimiento y subvención de televisiones autonómicas y medios de comunicación de ámbito similar. Esto garantizaba al gobierno andaluz una fidelidad de voto que no solo incluía a los colocados sino también a familiares en diversos grados de los agraciados con la lotería del trabajo vitalicio y el salario perpetuo. Ahora se pretende ampliar la hiperplantilla funcionarial a todo el Estado.
El periodismo ha tenido también su protagonismo como soporte del poder que el PSOE ha disfrutado a lo largo de todos estos años. El País, una especie de PRAVDA socialista ha dirigido el pensamiento y el comportamiento político de los españoles durante décadas. La crisis económica ha acabado pasando factura al boletín de lo políticamente correcto hasta conseguir lo que parecía un imposible científicamente probado, que Cebríán haya acabado dejando la dirección de PRISA.
Ni que decir que las televisiones son protagonistas fundamentales en la orientación política de los españoles y han acabado por derrumbar el frágil gobierno de Rajoy con un bombardeo inmisericorde recordando una y otra vez los casos de corrupción de algunos políticos cercanos al PP.
Ante todo esto surge la duda o más bien las dudas. ¿Qué ha ocurrido con la Gurtel? ¿Cuál es el montante del dinero presuntamente defraudado por los finalmente condenados? ¿Es tan grave lo que se le imputa a Zaplana? ¿Por qué se encarcela a un hombre gravemente enfermo y hace unos años se libera a un miembro de ETA con una enfermedad similar? ¿Qué ocurre con Pujol y el régimen de corrupción generalizada del la administración catalana? ¿Y con Bono? ¿Y Chávez, Griñán, etc.? ¿Y Urdanga y compañía?
Preguntas que empiezan a inquietar a los españoles. Si en principio que Rajoy y su inoperante gobierno hayan sido desalojados puede parecer positivo; que el gobierno que representaba al partido notablemente más votado en las últimas elecciones con 137 diputados sea sustituido por un partido con 84 diputados parece así, a primera vista, un disparate. Incluso peor, parece resultado de una conspiración urdida por inteligencias ocultas, y llevada a cabo por periódicos, televisiones, partidos de la izquierda, separatistas y otros con intenciones y objetivos de momento no muy claros que iremos viendo durante estos dos años en los que el PSOE con toda probabilidad gobernará con la comodidad que le proporcionarán esos segundos escalones de la administración y el entramado mediático (todo o casi todo el existente en España) al servicio del gobierno Sánchez.
Llegando al extremo la creciente paranoia, también parece que el PSOE no soporta estar apartado del poder y está dispuesto a lo que sea para recuperarlo y curiosamente eso ocurre siempre con el entramado catalán que invade los partidos y organizaciones de todo tipo teóricamente españoles como catalizador.
Zapatero se impuso a Bono en el congreso del partido gracias al apoyo catalán. El precio que hubo que pagar ha situado a España al borde de la catástrofe. Sánchez llega al poder con el apoyo del independentismo catalán y vasco. Se espera la factura correspondiente que como mínimo supondrá una independencia absoluta para las dos comunidades convenientemente revestida de alguna supuesta confederación con el resto de pueblos y nacionalidades…etc., o sea el eufemismo de siempre, a lo que seguirá lo mismo para Galicia, el país Valenciá y demás. El futuro parece algo más que oscuro para los habitantes de este endeble y vapuleado país.
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