Están los que creen que los actuales acontecimientos políticos y sociales son producto del caos, de la casualidad; y estamos los que creemos que hay algo oculto detrás de lo que está ocurriendo.
Estos últimos son conocidos como conspiranoicos.
Creemos que hay un gobierno mundial oscuro, una especie de “Fundación” psicohistórica tal como la describe Asimov en sus novelas de ciencia ficción. De esa “Fundación” oculta provienen las nuevas ideologías y estrategias que según vamos observando tienen un objetivo último. Construir un mundo nuevo previa destrucción el occidente cristiano y su cultura. ¿Por qué el NOM odia al mundo cristiano occidental y solo a esta cultura?
Puede haber muchos motivos. Probablemente porque es ante todo y sobre todo, una cultura cristiana. También porque es heredera directa del antiguo imperio romano. Un imperio, un sistema, el romano, basado en la fuerza de la organización militar, del derecho civil y del orden que durante un par de cientos de años, después de romanizar la Europa conocida y gran parte del norte de África, proporcionó eso que se conoció como la “Pax romana”. Remembranza melancólica todavía hoy.
A la vista está el progresivo desmoronamiento de una Europa que sobrevivió a la hecatombe del imperio gracias al cristianismo.
Hay pues en la “Fundación” algo, mucho seguramente, religioso. Mejor no decir nada acerca de ello. Si la “Fundación” es la cúspide de la masonería, entonces hay algo también de construcción. El mundo moderno se derrite por las obras, por las grandes obras. Los constructores necesitan solares y para conseguir solares lo más fácil es derribar lo ya edificado. La “Fundación” edifica una nueva sociedad sobre las ruinas de la antigua.
El futuro vendría así determinado por eso que se ha dado en llamar el NOM y existiría un gobierno secreto con un Hary Sheldon al frente. Este poder en la sombra tendría la capacidad de rehacer la historia y también de proyectar hacia el futuro el destino último de la humanidad.
Para el NOM es fundamental agregar a su proyecto social y psicológico destructivo una parte sustancial de la sociedad. Siempre, insisto, hablamos de la sociedad occidental.
Para destruirla la divide, la enfrenta entre sus componentes principales. Mujeres contra hombres, homosexuales contra heteros, culturas ajenas contra las tradicionales, nuevas religiones contra la cristiana, animalistas contra el resto, veganos y cuantos grupos de opinión enfrentada al resto de la colectividad podamos imaginar, trabajan para el advenimiento del NOM. Para que algo triunfe en esta época de auge del NOM, en cine, novela, pintura, cultura en general, debe conllevar junto al nominativo el adjetivo “corrosivo”. Cine corrosivo, novela corrosiva, teatro corrosivo, garantizan publicidad y distribución.
Fundamental es la división hombre – mujer. La igualdad exigida de la evidente desigualdad es el frente de batalla más exitoso de las brigadas de derribo del NOM. Dice un conocido periodista deportivo que el deporte femenino es una mentira. Ya se le están echando al cuello. Nos enfrentamos ahora mismo a una huelga de futbolistas mujeres que reivindican un salario anual de 12.000 euros. El mismo día la tv retransmite un partido internacional de fútbol femenino. El campo está totalmente vacío. El fútbol femenino solo interesa a las interesadas y al NOM.
Se preconiza la igualdad aboliendo lo que ha sido tradicional ocupación femenina. La maternidad está siendo proscrita. El aborto alcanza niveles de genocidio. La relación hombre mujer se limita al acoplamiento sexual. El coito es el único objetivo claro del cortejo que unas décadas antes conducía a un matrimonio estable y con hijos, a una familia. Jonathan Franzen ha escrito “Las correcciones”, genial, ácida y por supuesto "corrosiva" novela que revienta su propia familia.
Podemos observarlo con claridad en el aberrante programa de primeras citas que dirige el increíble Sobera. Homos, lesbianas, heteros jóvenes, heteros maduros, heteros viejos. Todos en busca de oportunidad. Todos en evidente estudio y valoración de lo que tienen en frente. Todos partidarios de esa gran idea publicitaria que resume el egoísmo atroz de la sociedad en que vivimos; “porque yo lo valgo”. Una nueva cita, un polvo rápido y vuelta a empezar.
La igualdad es pues uno de los mandamientos del NOM de obligado cumplimiento. La extraña igualdad, puesto que nunca se ha conocido que jugador alguno de fútbol exija una retribución anual. Cada uno se valora conforme a criterios de rentabilidad deportiva en el campo. Igualdad sería que las jugadoras compartieran terreno de juego y equipo con los hombres. Esa sería una buena idea. Cada equipo, lo mismo que el gobierno, debería alinear a seis jugadoras junto con los Ronaldo, Messi, etc. lanzo esta idea para el gobierno igualitario de Sánchez. Una nueva ley para garantizar la igualdad.
La igualdad parte de la desigualdad y es impuesta conforme a criterios extraños. Por ejemplo, uno compra un periódico el sábado y sin saber por qué, le suministran una revista femenina. Revista que contiene unos cuantos artículos de opinión de mujeres en pie de guerra contra el varón de la especie, amén de otro artículo escrito por un hombre más o menos conocido que abunda en parecidos términos anti varón y el resto de la revista que uno, quiera o no, se ve obligado a comprar con el periódico que de verdad le interesa, es una sucesión de publicidad “hembrista”.
Perfumes, vestidos, cremas, afeites, depilatorios, bikinis, “minibikinis”, consejos para deslumbrar para arrasar en la competiciónpor la máxima capacidad de seducción femenina. En definitiva, un catálogo de contradicciones entre las opiniones de mujeres liberadas y al mismo tiempo de mujeres prestas a la incitación y la competencia sexual entre ellas mismas.
La reina “arrasa” en su visita a Japón. Letizia “destroza” a Máxima de Holanda en el encuentro de no se qué…
“Hembrismo” tradicional en pie de guerra. Al triunfo por la belleza, auténtica o impostada a base de cirugía y demás artes de guerra femenina. Armas tradicionales de mujer.
Toda esta confusión, está aflorando una nueva psicología, masculina y femenina. Hary Sheldon trabaja en ello, no en vano es “psico-historiador” y profeta de un futuro cultivado como planta de pronto crecimiento en el laboratorio de la misteriosa “Fundación”.
La nueva psicología de hombres y mujeres occidentales, y solo occidentales, del siglo XXI construye, o lo pretende, hombres feminizados y mujeres masculinizadas. Mujeres estilizadas y musculosas elaboradas en gimnasios cuyo modo de vida se receta en revistas de obligada lectura y hombres igualmente de plástico muscular, todos en mayor o menor medida, portadores del gen salvaje que los induce inevitablemente al acoplamiento sexual.
El resultado es previsible. Parejas con un horizonte de duración no mayor de siete años. Inversamente proporcional a la fama de los componentes. Si hablamos de gente famosa, el cambio de hombre o de mujer atrae reporteros, fama, fotos en revistas y dinero. Si hablamos de gente corriente, el paro intermitente, la falta de dinero para degustar la vida muelle que la televisión y el cine prometen lleva a la ruptura. A veces violenta. A veces incluso, al crimen. El instinto sexual del hombre, en casos excepcionales se confunde con el derecho de propiedad sobre la hembra y con otros oscuros y profundos fantasmas psíquicos. La propia autoestima herida del hombre abandonado, del hombre cuestionado y enfrentado, ridiculizado, incapaz…
Sea como fuere, la institución familiar de occidente está herida de muerte. El NOM avanza con fuerza. La Europa occidental se muere de muerte natural. El feminismo, la liberación de la mujer trae consigo el rechazo a la maternidad y de rebote la imposibilidad de construir un sistema de convivencia sobre algo tan lábil como una cena en televisión y cuyo fin último sea el orgasmo.
Pero el NOM de “Hary Sheldon” domina otros algoritmos matemáticos que conformarán el futuro. La “Fundación” trabaja en ello…
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