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sábado, 8 de junio de 2024

ISRAEL

 

ISRAEL


Moisés habló con Yavé en el Sinaí. Por entonces Moisés comandaba una multitud expulsada de Egipto después de una guerra civil que perdieron. La Biblia, la Torá dice otra cosa “nos hemos ido porque hemos querido”, pero yo no me lo creo. Guerra contra los reyes pastores que habían dominado Egipto durante 400 años y recuperación del poder por parte de los adoradores de Amón. En todo caso, no tiene importancia, Yavé promete a Moisés una tierra para su pueblo errante. Sin embargo la tierra prometida que mana leche y miel, ganado y agricultura, presenta un pequeño problema. Está ocupada y la donación divina se convierte en permiso de conquista a sangre y fuego. Finalmente David consolida el reino de Israel y Salomón construye el primer templo. Esto último es fundamental porque el templo es el único lugar en que Yavé se hace presente. En una estancia oculta al común de los mortales solo accesible a los sacerdotes, solo en el templo puede Israel hablar cara a cara con Yavé.


Tito, el general romano, destruye el segundo templo que había reconstruido Herodes en Jerusalén. De nuevo el pueblo de Israel pierde el contacto con Yavé. La diáspora, la dispersión del Israel, ya entonces Judá, por todo el imperio romano. Llegan y se instalan en Hispania y con el correr del tiempo, de los acontecimientos y de las guerras son de nuevo expulsados de Sefarad. El pueblo judío necesita a Yavé y para tener a Yavé necesita reconstruir el templo, el tercero.


Durante el siglo XX el nuevo Israel, judío, emprende la reconquista de la tierra prometida. En 1948 tras una recomendación de la ONU emerge el Estado de Israel y el mundo musulmán convulsiona desatando una serie de guerras que pierde una tras otra. Pero los tiempos cambian y la superioridad tecnológica occidental ya no lo es tanto. En 2023, octubre, una organización terrorista asalta poblaciones y muchedumbres que creen vivir en un país pacificado y seguro. Gran número de muertos, secuestros de personas civiles que se convierten en rehenes irrecuperables. Netanyahu toma decisiones difíciles. Su pueblo no puede seguir viviendo bajo la constante amenaza de Hamás que desde Gaza, ese estrecho margen territorial hiperpoblado de musulmanes que odian a Israel, lanzan una y otra vez ataques con misiles hacia el Estado judío. Debe hacer algo y lo hace. Tiene que acabar con la perenne amenaza y se lanza a la guerra que puede ser la del fin del mundo. El objetivo es despejar Gaza, expulsar a todos los palestinos que la pueblan. ¿Por qué?


Evidentemente no todos los habitantes de Gaza pertenecen a Hamás, quizá solo diez mil, pero son apoyados por potencias extranjeras, Irán, quizá Rusia. Tienen armamento letal, están entrenados para esa guerra moderna que consiste en aniquilar civiles y evitar ejércitos y sobre todo pueden camuflarse, esconderse entre los millones de palestinos que les protegen voluntaria u obligadamente. Los grupos terroristas que son parte de una población asentada en un territorio, integrados en la sociedad, en los valores, en la idiosincrasia particular de esa población, acaban por dominarla y ponerla a su servicio, véase ETA y el pueblo vasco. Siempre decide el que pone la pistola encima de la mesa.


Netanyahu sabe que es imposible acabar con esos diez mil mientras sean parte del rebaño de cebras rayadas a que se refiere Petersen. Son indistinguibles. Expulsarlos a todos, ocupar el territorio abandonado previamente y finalmente convertido en un solar, sustituir a la población enemiga por colonos aguerridos armados con fusiles ametralladores. Esa debe ser la solución, la única que devolvería cierta tranquilidad y aseguraría de nuevo el temor a Israel durante unos años más.


Por lo que leo las operaciones militares parecen atascadas y de nuevo misiles lanzados desde Gaza caen sobre Israel. El mundo cambia y el poder omnímodo de EEUU el gran valedor de Israel está cayendo vertiginosamente. La histeria, la locura amenaza a los dirigentes israelíes. Tal vez están ante la guerra que no pueden ganar, tal como ocurrió en Vietnam. A no ser que finalmente recurran al armamento nuclear. Un ataque nuclear sobre Irán acabaría con la amenaza persa. Una bomba táctica nuclear sobre Gaza acabaría por despejar la franja. No obstante, en frente, Rusia y China podrían reaccionar y desatar el temido apocalipsis nuclear. Nos acercamos al punto de no retorno.


En España están los proisraelíes y los otros. A los que cuestionan a Israel les llaman antisemitas. El poder judío está extendido por todo el mundo, eso es evidente. En Argentina ya gobierna un judío y en Mexico una judía. Toda la historia de occidente gira en torno a Israel, ahora mismo todo el mundo mira a Israel. Rusia está bajo ataque porque no entra en la órbita occidental. Mientras fue comunista estuvo a salvo, pero ya no lo es. El comunismo es judío. Mientras el pueblo elegido busca la Tierra Prometida y el dominio de las naciones que deben postrarse ante él, el comunismo creado por el judío Marx promete el paraíso en la Tierra. Las conclusiones son evidentes, el pueblo errante se apresta a la última guerra, la guerra de todas las guerras.


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