Hacienda investiga
la residencia de las personas a través del recibo de la luz. Las
compañías eléctricas están obligadas a informar del consumo de
las viviendas al ministerio. Una ciudadana que había desgravado en
el pasado por la compra de vivienda habitual recibe unos años
después dos liquidaciones paralelas que le exigen un total de
1.700,00 euros por deducciones indebidas.
El mecanismo es el
siguiente: las compañías eléctricas pasan la información del
consumo y sobre la media establecida estadísticamente, Hacienda
detecta una diferencia sustancial de consumo a la baja. Se activan
las alarmas informáticas, ¿por qué?, ¿a qué se debe?, y se
observa una deducción por vivienda habitual. Si no existe consumo
apropiado, la entidad concluye que no es vivienda habitual y sin más
comprobaciones extiende el recibo correspondiente.
El monstruo
informático extiende los tentáculos hasta el rincón más recóndito
de la nación. Todos los ciudadanos estamos fichados desde el
nacimiento hasta la muerte, libro de familia en el registro civil,
DNI a cortísima edad, tarjeta de la Seguridad Social (antes
cartilla).
El modelo económico
español no existe. Los jóvenes que quieren hacer carrera en España
lo tienen difícil. La matrix informática impide cualquier
iniciativa empresarial. Cumplir la normativa vigente, el
laberíntico entramado de leyes y reglamentos que diariamente vomitan
las administraciones públicas es imposible. Lo que es legal en
Andalucía puede no serlo en Galicia, crear una página web puede
traer consecuencias imprevistas. El disfrute de la propiedad privada
está virtualmente perseguido, casi totalmente prohibido, los
impuestos convierten el patrimonio inmobiliario en un simple derecho
de alquiler.
La única
posibilidad de acceder a una nómina mensual asegurada está en la
estructura de servicios pública. Las oposiciones salvajes para
cubrir esos puestos de privilegio llevan a la mayoría de los
participantes, los que no las aprueban, a un abatimiento progresivo.
La depresión como futuro.
Se legisla además
incluso sobre el pensamiento, sobre el sentimiento. Delitos de odio;
de momento se persigue el odio expresado, pero nada impedirá en el
futuro que determinados comportamientos sean sospechosos. Un adecuado
interrogatorio y uno se verá obligado a confesar que sí, que odia
determinadas cosas y que es un sentimiento ingobernable. La pena, el
internamiento en clínicas especializadas de reeducación
psicológica.
Se quiere legislar
además sobre la memoria, sobre el recuerdo. El gran hermano decidirá
lo que se puede recordar o no y acerca de lo que está permitido
recordar; la manera en que debe hacerse. El espacio público quedará
vetado para la mayoría de las actividades. Solo lo que decida el
gobierno municipal que organizará para solaz del vecindario semanales y aburrídísimas carreras pedestres, carreras ciclistas, carreras
femeninas, en todo caso carreras políticamente correctas. Todos los participantes convenientemente numerados,
controlados.
El espacio natural también se reserva para la
reintroducción de animales erradicados y plantas autóctonas. Solo
aquellos que tengan carnet de ecologistas y defensores del
animalismo y respeto por las plantas podrán disfrutar de espacios
verdes y protegidos. Para el resto, la matrix está estudiando la
venta masiva de aparatos de realidad virtual. El hombre herbívoro,
la mujer pasiva, la soledad solo acompañada por imágenes
proyectadas sobre gafas digitalizadas. El futuro es virtual, irreal.
Ya se sabe que la realidad no existe, los filósofos lo sospechaban y
los psicólogos lo demuestran, la realidad es únicamente percepción.
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