ESPAÑA EN LA ENCRUCIJADA

No hay dinero

Vuelven a la carga con el déficit estructural de las pensiones en España. Hablan los nuevos gestores socialistas de la necesidad de subir los impuestos para hacer frente a los compromisos por pensiones. El régimen que padecemos es periódicamente insistente en el mismo tema. El sistema de la Seguridad Social se financia a través de las cotizaciones de trabajadores y empresarios y estas no cubren el gasto que se está acumulando un año tras otro. ¿Cuál es el problema? Este extraordinario artículo de Juan Carlos Bermejo resume cual es la realidad española de este momento y que nos depara el futuro que se está ya consolidando irremediablemente para nuestros hijos y nietos, si es que alguien se anima a tenerlos. El enlace es el siguiente:

Juan Carlos Bermejo en Vozpopuli

El problema es el gasto público evidentemente. No sabemos, al menos el común de los mortales, a cuánto asciende el gasto directamente asumido por las administraciones públicas y cuáles son las partidas más importantes del mismo.

Un país con cuarenta millones de habitantes no necesita diecisiete gobiernos autonómicos con sus correspondientes parlamentos y los subsiguientes millones de funcionarios directos que arrastran, además de todos los empotrados en el sistema de propaganda, que no de información, sostenido por subvenciones y conciertos económicos que en definitiva mantienen en marcha cadenas de televisión, de radio, periódicos cuya venta directa no cubre gastos, empresas y asociaciones subvencionadas, observatorios de todo género y de género, este último muy de moda y muy necesario por supuesto. Por ejemplo la televisión vasca tiene cuatro cadenas nada menos, esto se deduce del listado que las identifica y que va desde la uno hasta la cuatro y en cada comunidad autónoma es probable que esté ocurriendo algo similar.

Ni que decir tiene que diecisiete entramados de gobierno que asumen competencias de todo tipo y que además buscan desesperadamente figuras administrativas que aparecen en otros países, el famoso “ombudsman” sueco (supuesto defensor del ciudadano al que ya nadie acude porque las respuestas en lenguaje jurídico son incomprensibles excepto en el resumen que es siempre negativo) se ha copiado por la mayoría de los gobiernos autonómicos, dan lugar a una proliferación de leyes, decretos, órdenes de todo tipo cuyo resultado es el de someter al ciudadano a una presión fiscal y recaudatoria cada vez mayor y más asfixiante.

Es sintomático que este nuevo gobierno haya renunciado a la prometida “contrarreforma” laboral de la puesta en marcha por Rajoy argumentando que no tiene mayoría suficiente. ¿Por qué?; pues porque esa reforma (Fátima Báñez nunca te olvidaremos) que permitió a las empresas despedir trabajadores por miles y renegociar condiciones de trabajo es la que ha conseguido hasta el momento atemperar un tanto la crisis económica que solo ha recaído sobre los hombros de los trabajadores por cuenta ajena, de trabajadores autónomos y de las pequeñas empresas. La reforma Rajoy consistió básicamente en conseguir una reducción general de salarios para retrotraerlos al nivel de hace treinta años, años noventa, en los que un trabajador industrial ganaba aproximadamente en pesetas y al cambio actual entre ochocientos y mil euros mensuales. Por eso la reforma laboral ha funcionado y permite de momento sostener junto al endeudamiento público el coste desorbitado del entramado administrativo y funcionarial de esto que de momento se llama España.

Llegados al punto clave, es decir, el componente salarial de la mano de obra por cuenta ajena, hay que preguntarse por qué el gobierno Rajoy no dio el paso siguiente, es decir, la reindustrialización de la nación, tal como expone el articulista de Vozpopuli. Sobre eso hablaremos en el siguiente post.