¿FIN DE ESPAÑA?

¿FIN DE ESPAÑA?

El comisario Villarejo, hombre poderoso antaño, ha acabado en la cárcel por algo, aunque nadie sabe exactamente por qué. Amenaza con información truculenta. No hay hombre (varón) poderoso en este país que no esté en la cárcel o corra grave peligro de acabar en ella.

España agoniza como nación unida de una enfermedad que comenzó en el mismo momento en que murió Franco. Había mucho que repartir y a eso se han dedicado durante todo este tiempo. Cada vez queda menos y mayor es la ansiedad. La Moncloa como objetivo primario y una vez allí el inventario, el chequeo, para descubrir que el enfermo muere de enfermedad terminal. No obstante, quizá algo se le pueda sacar si el nuevo inquilino y señora se dan prisa. Alguna propiedad todavía conservada, alguna cuenta opaca en paraíso fiscal. El protocadáver asiente con los ojos y firma con mano temblorosa mientras espera otro chute de último material de narcofarmacia. Hay donde elegir. La Cuatro, la Sexta, la Primera, la Segunda, las autonómicas. Todas suministran el caudal mínimo necesario de droga para mantener al agónico enfermo en la ilusión de que esto tiene cura. Diálogo sobre todo. Es el lema y la vana esperanza.

Juerga sanferminera y gresca constante de patio de vecinos, chismorreo de pueblo de los años cincuenta elevado a la enésima potencia por las televisiones, periódicos de papel, digitales. Todos juntos, todos cantando la misma canción (¿es que no tenemos periodistas en nómina?) preguntaba Michael Corleone; para convertir todo el territorio nacional en un gigantesco patio de vecinos dispuestos a hacer sangre tertuliana, bien pagada por supuesto, a cortar trajes a medida y a ventilar ante la morbosa curiosidad nacional toda la putrefacta intimidad que sea necesaria.



Pero hay guerra entre las familias. En España nunca ha habido mafia porque la mafia era España y sus gobernantes de turno. Los Corleone, los Tataglia y las nuevas organizaciones que están desequilibrando el reparto de lo que ya es escaso.

El futuro se presenta lúgubre. España es país invadido desde el franquismo. Las famosas bases americanas que sostuvieron el régimen y que un atolondrado Felipe González intentó quitarse de encima, pero aconsejado, o más bien mandado por quienes le habían puesto al frente tuvo que dar marcha atrás y de “bases fuera” pasamos a “OTAN de entrada no”, que traducido del lenguaje cantinflesco gonzaliano (cantinflesco significa verborrea prolija cuajada de frases aparentemente ocurrentes sostenida en el tiempo cuyo resumen suele conducir a una pregunta sin respuesta posible: ¿qué ha dicho?), significó: de entrada no y de salida tampoco. Y ahí estamos.Invadidos.

VÉASE

¿Cuál es pues el futuro tras esta guerra de familias que está llevando a casi todos a la cárcel y unos cuantos a la muerte?
Primero: lo de Cataluña no tiene ya arreglo posible. Lo más lógico es que acabe produciéndose algún tipo de reconocimiento jurídico a la independencia que sentenciaría en lo legal lo que ya es un hecho.

Segundo: Cataluña independiente necesita expandirse para lo que ya está sentando las bases nacionalistas en Baleares, Valencia y quizá Aragón.

Tercero: algo parecido ocurrirá en el País Vasco con la incorporación, en la que ya se trabaja, de Navarra y tal vez parte de la Rioja y Burgos, Treviño está al caer.

Cuarto: la monarquía está herida de muerte. Si continúa la cacería contra el emérito, visto ya al yerno en prisión, Felipe VI caerá irremediablemente con la consiguiente proclamación de la república.

En definitiva tenemos un futuro de una España cuarteada que seguramente acabará repartiéndose entre las potencias europeas. Teniendo en cuenta el número de bases americanas y su situación es posible que Andalucía acabe siendo un Gibraltar ampliado que en un lapso de tiempo no demasiado largo acabe por tener como bandera la Unión Jack. Algún acuerdo tendrán que negociar con los USA. Con un poco de suerte quizá Andalucía pase a ser un estado asociado como Puerto Rico. Y es de suponer que los restos de la “grandeur” francesa tomen el control de los territorios del norte, aunque también está el Reich alemán que reivindicará alguno de los lugares turísticos en los que los rostros pálidos germanos se cuecen como langostinos todos los veranos. Además la UE y los inmigrantes musulmanes y Marruecos que reivindica las Canarias. Quizá lo mejor sea la opción anglosajona. Veremos.

Si queda algún resto, la familia Corleone construirá en ese lugar Eurovegas, para que lo mejor del mundo acuda al juego, la droga y la prostitución.