BREXIT. UNA POSIBLE EXPLICACIÓN.
Resulta complicado entender lo difícil que está resultando para el Reino Unido abandonar la UE.
El fondo de la cuestión es que hay dos tendencias políticas que están enfrentadas en los tiempos que corremos. Por un lado las ideas globalistas o mundialistas que abogan por restar soberanía a los Estados constituidos.
Ideas que en último extremo intentan disolver a estos Estados tradicionales de Europa surgidos a lo largo de cientos de años de convulsa historia entreverada de guerras, pactos y acuerdos.
Las tendencias globalistas son, básicamente, de orientación marxista. Una vez demostrada la inviabilidad del campeón del comunismo mundial, la extinta Unión Soviética, el marxismo irredento cabalga ahora a lomos de sectores o grupos sociales que para sus intereses define como anteriormente “irrespetados”.
Inclúyanse aquí todo tipo de “ismos” que se quieran, multiculturalismo, feminismo, homosexualismo, animalismo, abortismo, con especial atención a los grupos de orientación sexual más “irrespetados” de todos; o dicho de otra forma, los que en pasado reciente se consideraban practicantes de intolerables “depravaciones sexuales”. En resumen el acrónimo LGTB.
Sobre estas cuestiones de tipo social orientadas, como digo, a la destrucción de la cultura europea, con incidencia especial en la demolición de la familia tradicional en Eruopa, se articulan también objetivos políticos de mayor relevancia, entre ellos, el sometimiento de los Estados a la política de entes escasamente democráticos, entre ellos la llamada UE que es a primera vista un engendro construido a la mayor gloria e interés de Alemania y Francia.
El resultado para España después de algunas décadas de pertenencia a eso que algunos defienden como “club selecto compuesto de naciones de primer orden” es, a poco que se profundice en lo económico y en lo social, devastador..
En lo económico, España ha perdido toda la capacidad industrial que tenía a finales del franquismo. El peso de la industria en el PIB nacional estaba en torno al 36%. A pesar de ello la izquierda tronaba contra una economía de “albañiles y camareros”.
La realidad es que la UE y sus precursoras comunidades europeas supusieron para España, con gran propaganda de la izquierda y cesión de la derecha, la pérdida de tejido industrial y un desastre económico sin precedentes. En este momento el peso de la industria en el PIB nacional debe rondar el 15%, siendo además una industria cuya titularidad es casi en su totalidad extranjera. En Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos, etc. están las matrices de nuestras fábricas y conglomerados económicos más importantes y desarrollados en lo tecnológico.
A cambio la llamada UE y sus tinglados precursores han llenado España de autovías, museos y parques temáticos. De un país de albañiles y camareros, según la izquierda de González, Tamames, Guerra y otros, hemos pasado a un país de solo camareros. De un país con un déficit anual que era la envidia del mundo desarrollado hemos pasado a una deuda astronómica que resulta incalculable incluso utilizando al efecto la supermoneda del “euro”. Los billones de deuda en euros son simplemente imposibles de calcular y más imposibles de devolver.
Un país, mejor situado en lo económico como el Reino Unido. ha decidido desvincularse de la Unión con el resultado de que simplemente no le dejan. Incluso los analistas más serios del panorama político y económico español están empezando a sospechar que el abandono del club europeo a medio plazo podría resultar positivo para los ingleses. Aquí
Desde luego la pertenencia ha sido particularmente negativa para una España siempre sometida al interés de Francia. A diferencia de los tiempos de Aznar que se sostuvieron en lo económico en el recorte del déficit que consiguió el difunto profesor Barea al que se le encargó la oficina presupuestaria. En lo político se caracterizaron por el cambio de alianza o de tutela francesa y el consiguiente viraje al tinglado anglosajón sometiéndose a los intereses de Estados Unidos (Busch hijo) y el Reino Unido (Tony Blair) y que acabaron con la bomba del 11 M. Suceso en el que, según el señor Villarejo ahora en la cárcel, participaron servicios secretos de Francia y de Marruecos, país este último satélite de nuestros vecinos del norte. Con Zapatero volvimos a la tradicional sumisión al presidente galo.
Dicho esto, es decir, que España no pinta nada en Europa y si pintó algo fue durante el gobierno Aznar, resulta sorprendente, no tanto el interés del globalismo en retener al Reino Unido en el corralito europeo, como las tácticas y estrategias que utiliza para conseguirlo.
De momento se han desembarazado del otro elemento rebelde, Salvini, mediante maniobras parlamentarias que han obviado la solución lógica en un país democrático a las crisis de esta naturaleza. Las elecciones.
Lo mismo están haciendo en el Reino Unido, impidiendo a Boris Jhonson el recurso lógico a las elecciones en una situación de grave crisis política. Además se valen de los “scratches callejeros”, similares a las revoluciones de colores que tuvieron lugar en países ahora desmembrados, léase Libia, Siria, Ucrania que conquistaron en las calles lo que las urnas les negaban.
Todo esto convenientemente manipulado por los medios de comunicación que ponen en el centro de la pantalla angustiados ancianetes, caminantes despistados que pasaban por ahí o jóvenes siempre dispuestos al follón que apelan a lazos de solidaridad continentales, muy respetables, pero cuya auténtica fuerza en el Reino Unido debería contrastarse en unas nuevas elecciones.
El problema para la UE y el globalismo no estriba en el farragoso proceso administrativo de abandono inglés, De hecho si algo caracteriza a estas organizaciones es el agradable chapoteo de sus cientos de miles de funcionarios en ciénagas burocráticas, sino en la posibilidad de que después de todo, la salida de la UE sea más que beneficiosa para los ingleses.
Esto pondría de manifiesto lo que algunos sospechamos desde hace tiempo. La UE, está al servicio de siniestros grupos de poder que no responden ante nadie ni ante nada, de cuya existencia se están empezando a hacer eco en algunos países. Véase aquí.
Grupos de poder a los que usted y yo, el común de los mortales que habitamos el viejo continente importamos muy poco, más bien nada.
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