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martes, 29 de agosto de 2017

CONOR MCGREGOR PIERDE

Lluvia mortal
Viajeros del tren nocturno














El combate se celebró al fin. Mcgregor no fue tan inferior como se preveía, al menos eso pareció al comienzo. En los primeros asaltos Maywather se limitó a capear el temporal. Según los entendidos es su forma de boxear. Primero estudia al contrario y luego paulatinamente va pasando al ataque. Un ataque sostenido, incansable, preciso. Conforme trascurrían los asaltos, Mcgregor fue perdiendo fuelle y Maywather creciéndose ante un rival muy inferior.

En el noveno asalto el irlandés estaba acabado, se sostuvo en pie gracias a su formidable preparación física, a su juventud y a su contrastada fanfarronería que probablemente le impelía inconscientemente a la levitación.


El décimo comenzó como acabó el noveno, el árbitro le salvó de un “ko” demoledor. Eso le permitió volver a darle a la lengua con el argumento de que el campeón no había podido enviarle a la lona.

Cuarenta años contra veintinueve. Además dos años de inactividad en el boxeo de alto nivel. Ahí estuvo la clave de la aparente resistencia del luchador. Cualquier otro boxeador de la élite en activo, habría acabado con Mcgegor en un par de asaltos. El combate se celebró por dinero. Maywather se llevó cien millones de dólares y Mcgregor treinta.

En algún digital leí que Floyd estaba dilapidando la fortuna ganada en el boxeo a la increíble velocidad de setenta y cinco millones de dólares por año. La verborrea de Conor le puso en bandeja un dinero que al ritmo en que lo gasta tampoco le va a durar demasiado.

Parece que el negocio en el que ha pensado el ganador para invertir su todavía cuantiosa fortuna es el de un local de “streptease”, en el que piensa conciliar placer, juerga continua y negocio rentable.

Así, a primera vista, parece una mala combinación para alguien cuyos únicos cálculos se han referido siempre a cuestiones concretas de dar mucho y recibir poco.

Sobre Conor no hay mucho que decir. Comparar la disciplina MMA con el boxeo serio es un desatino que le ha llevado a perder algo más que un combate. De momento ha quedado apartado de la UFC durante un par de meses. Los “nokauts” son peligrosos y los servicios médicos que vigilan estos deportes de contacto se lo toman muy en serio. Las consecuencias de los golpes que ha recibido se verán en el futuro.

Habría sido terrible una victoria de Mcgregor. Solo pensar el incremento de autoestima que se hubiera producido en la “psique” de este hombre produce escalofríos.


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