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domingo, 22 de octubre de 2017

MINDHUNTER: A SANGRE FRÍA

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Mindhunter: En la mente de los asesinos en serie.

El más famoso fue Jack el destripador. Habrá habido bastantes más, pero la figura del asesino en serie comienza a despertar siniestro interés a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Hay un antes y un después de la novela de Truman Capote “A sangre fría”.  Truman acude a un lejano y perdido pueblo de Kansas con el propósito de realizar un reportaje periodístico que acaba dando lugar a lo que se conoce como “nuevo periodismo”, (un relato literario basado en la realidad de los sucesos contados).  

Una familia (los Cutller)  ha sido asesinada al completo en una noche de terror y locura. Esas cosas no ocurrían en Kansas por aquel entonces. Truman es un escritor, guionista, periodista genial. Alguien dotado de un intelecto superior y también de una enorme capacidad de seducción. Hay una película magnífica que parece bastante verosímil en cuanto a la personalidad y comportamiento de Capote “Historia de un crimen” con Tobey Jones; en su momento se estrenó casi al mismo tiempo que “Capote” protagonizada por Philip Seymour Hoffman, también extraordinaria, pero puestos a elegir me quedo sin dudarlo con la primera.

La novela de Capote es adictiva. Uno conoce la historia, ha visto la película “A sangre fría”, cuyo guionista fue el propio Capote y que sigue el estilo adusto, escueto, cortante de la  novela y supone que leer el libro será tedioso por tratarse de un relato del que se conocen todos los detalles y por supuesto el final. No hay intriga ni misterio por descubrir a pesar de lo cual te engancha desde el principio y es imposible dejar de leerla.

Capote traspasa un umbral hasta entonces absolutamente sagrado. Los autores de un crimen semejante eran animales de los que solo interesaba conocer los posibles motivos últimos y las pruebas legales que podrían llevarles cuanto antes a la horca. Móvil, medios y oportunidad, la santa trilogía de la investigación criminal era todo lo que importaba.


Truman que se presenta como periodista consigue que le muestren la escena del crimen. De inmediato hay un detalle que llama su atención. El hijo adolescente de la familia asesinada ha aparecido acostado sobre un sofá y con la cabeza apoyada en una almohada. Uno de los asesinos, después de matarlo, ha tenido un extrañísimo gesto de delicadeza.

Con la detención de los criminales empieza la historia que Truman se propone contar. El tono de la novela, el estilo, es el de un observador aparentemente imparcial. Capote se sitúa por encima del bien y del mal. No hay piedad para los muertos ni para los vivos. Sin embargo necesita algo, sobre todo de  Perry Edward Smith en el que adivina de inmediato un profundo y oscuro fondo de compleja psicología.

Perry es hijo mestizo de un matrimonio desgraciado. Pobreza y exclusión social, además de una relación salvaje y violenta con el padre componen los cimientos sobre los que se construye la personalidad del asesino. Este ha colocado la almohada bajo la cabeza de uno de los hijos de los Clutter (la familia asesinada) porque se identifica con él. Para el padre no ha habido compasión. Y esta es la clave del asesino, el motivo último que es el que busca y encuentra Capote. Mata a los Clutter, pero en realidad está matando a sus propios padres, desplazamiento psicológico del objeto de odio, de furia, de venganza. Y Capote encuentra el filón que estaba buscando. Hay un motivo detrás del crimen. Una familia y por extensión una sociedad injusta son las que impulsan al delito.

Comienza a cambiar el enfoque sobre el crimen y el criminal. Las prisiones ya no serán simples instituciones de castigo, sino también de rehabilitación. La culpa del criminal debe ser analizada en función de las circunstancias personales. Las víctimas, las familias terminarán por ser desagradables daños colaterales de los que la sociedad en general (que en adelante comenzará a entender la mente del criminal), tendrá que olvidarse para poder reeducar al criminal que lo será en adelante, por circunstancias ajenas a él mismo.

Truman entabla amistad con Perry. Interesada, pero al mismo tiempo que puede escribir la gran novela que le sitúa entre los más importantes autores del siglo XX, queda atrapado en la telaraña de atracción repulsión que Perry extiende a su alrededor. A partir de “A sangre fría” ya no volverá a escribir nada interesante. Capote paga el precio establecido por descorrer el velo del mal hasta entonces oculto.

Una derivación del nuevo interés en entender los motivos profundos de la conducta criminal es el estudio de los llamados asesinos en serie. Queda por saber si el interés es meramente funcional o hay algo más morboso que impulsa a los investigadores.

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