PUTOS VIEJOS

Estos putos viejos:

Él le regaló un libro “España de mierda” o algo parecido. Nada de lo que pasa en esas alturas es casual. La “perfomance”, la representación ante el respetable estaba organizada por expertos publicistas, controladores de opinión, gestores económicos de la inversión en triunfitos que saben lo que hacen, que saben lo que vende, o al menos lo que se paga. ¿Por quién? ¿Por Soros tal vez?, ¿por alguna subvención de la Generalitat, subvencionada ella misma por el generoso Montoro?

Están al loro, se decía antes, no sé ahora, el caso es que están en resonancia, en acuerdo tácito, profundo, en el convencimiento de que la causa requiere el lema, la consigna y esa consigna, ese ritmo machacón, rapeante, hipnótico, repetitivo conforme al cual bailar, mover el body, reír sincopadamente, saltar y chocar, chocar y saltar, trago va, trago viene. Estos sí que sí, esto es un ambientazo repleto de disciplinada repetición de la canción del momento “España es una mierda”.



Y parece que una organización que recoge firmas por y para cualquier causa, desde la salvación del oso hormiguero en Alaska hasta la reintroducción del lobo ibérico en España, la abolición de la caza, la defensa de los cazadores acosados, en fin, cualquier causa tiene cabida en estas empresas digitales que buscan dar el pelotazo cuando consigan convertirse en un nuevo “face book” o “twiter” con millones de usuarios y subsiguiente posibilidad de crecimiento y cotización en bolsa… dejémoslo ahí; el caso es que han recogido cuatrocientas mil firmas en contra de esta melosa pareja ¿enamorada?; no por Dios, no vamos a ser ingenuos. Todo forma parte de la “perfomance”, del guión teatral para vender, para estar, para aprovechar el momento. Los jóvenes no se enamoran pasan directamente al ayuntamiento sexual. No hay tiempo que perder. La estafa del romanticismo mareante se dirige a quienes ven la televisión y otros descuidados. A saber: parados de larga duración, pensionistas y familias dependientes de…los pensionistas. Resumen. Sobre todo viejos. (Por cierto el empalagoso y mal interpretado enamoramiento ha acabado por causar vergüenza ajena en eso que llamamos Europa. Esta pareja ha cosechado la mierda de votos que ya se esperaba y para eso precisamente, para fracasar arrastrando de paso el nombre de España, había sido elegida por los aguerridos catalanes de la causa empotrados al efecto en TVE).

Y esas cuatrocientas mil personas, según la cronista… Léase aquí
Resulta que son viejos. Viejos del siglo pasado que siempre se quejan de que los “millenials”, entre ellos está ella, la cronista, se ofenden por todo. Y ahora va y resulta que esta tontería de “España de mierda” les molesta.

Pregunta. ¿Los cuatrocientos mil firmantes son todos ellos viejos? ¿Cómo lo sabe? ¿Tiene esta mujer acceso a datos de la encuesta o campaña de firmas?

¿No será que forma parte de algún conglomerado interesado en promocionar el lema, la consigna, “España es una mierda” y el que no piense así es un puto viejo? Por el contrario los “millenialls”, jóvenes sanos y enrollados saltamos alegres, bebemos felices, bailamos al ritmo…”España de mierda”, “España de mierda”, oh, oh, oh, “España de mierda” a Eurovisión oh, oh, oh.

¿Será ella misma tan “milleniall” como quiere hacernos creer? Aquí todo el mundo se quita años. Crea su propia imagen ¿Por qué si es tan enrollada y no se ofende por nada, se ofende porque cuatrocientas mil personas (¿todas viejas?, lo dudo) se ofendan por esta “tontería”? En todo caso le auguro que antes de que se dé cuenta será ella misma, si se libra de la eutanasia, una vieja.